Buenos Aires - Las elecciones presidenciales en Argentina se desarrollaban ayer en calma, aunque con la ansiedad de conocer el resultado final de estos comicios claves, en los que se decide entre la continuidad de Mauricio Macri al frente de la Casa Rosada o la vuelta del peronismo al poder de la mano de Alberto Fernández. Según los datos de la Cámara Nacional Electoral, a las 16.00 hora local (19.00 GMT) ya había votado el 63% de los cerca de 33,8 millones de argentinos convocados a las urnas.
Tras votar en una universidad en el barrio capitalino de Puerto Madero, Alberto Fernández, candidato del Frente de Todos, dijo que Argentina, en recesión desde 2018 y con altísimos índices de inflación, vive “una enorme crisis” por lo que pidió a todos actuar con “mucha responsabilidad por lo que viene”. “En este momento mi familia es toda la Argentina y lo único que les pido es que todos estemos tranquilos, que asumamos esto como un día de alegría y que lo que viene se hará con mucho esfuerzo, pero trabajando juntos”, afirmó el candidato, favorito para estos comicios tras haber obtenido en las primarias el 47,78% de los votos, 16 puntos más que Macri.
Por su parte, el actual jefe de Estado, que aspira a remontar el revés de las primarias y acceder a una segunda vuelta en noviembre, afirmó que estos comicios constituyen una “elección histórica” en la que se juegan dos “visiones de futuro” para el país. “Todos entendemos que esta es una elecciones histórica para el país”, dijo el mandatario tras votar en una escuela del barrio capitalino de Palermo. “Hasta el presente hay una mayor concurrencia que en las primarias. Hemos tenido récord de votantes en el exterior, lo cual es también muy positivo. Hay mucho interés”, resaltó el mandatario. En las anteriores elecciones presidenciales, en 2015, el nivel de participación fue del 81% y, en las primarias de agosto pasado, del 75%, pero el oficialismo esperaba que una mayor cantidad de votantes ayer le ayuden a mejorar su resultado respecto al que consiguió en las primarias.
Los urnas preveían cerrar a las 18.00 hora local (21.00 GMT) y los resultados del escrutinio provisional, a cargo del Ministerio del Interior, solo pueden difundirse a partir de las 21.00 hora local (00.00 GMT del lunes). La Justicia electoral ordenó al Gobierno argentino que los primeros datos no sean difundidos hasta que se hayan contabilizado los votos del 10% de las mesas de votación de los cuatro principales distritos electorales del país. La resolución fue adoptada ante las objeciones planteadas por el Frente de Todos sobre la fiabilidad de los sistemas informáticos para la contabilización de los votos y la transmisión de datos provistos por la empresa Smartmatic.
Macri aseguró que la jornada electoral transcurría “en paz” y “respetando el voto de cada uno” y pidió “calmar la ansiedad” hasta que se conozcan los resultados provisionales de la elección. “Si el resultado es parejo, va a haber que esperar mucho más”, dijo Macri, en línea con lo expresado ayer por su jefe de Gabinete, Marcos Peña, quien afirmó que tal vez haya que esperar al escrutinio definitivo, que se iniciará el martes, para conocer el resultado de los comicios. Para imponerse en primera vuelva, una fórmula presidencial necesita obtener al menos el 45% de los votos afirmativos o más del 40% y diez puntos porcentuales por sobre su principal competidora. De lo contrario, las dos fórmulas más votadas ayer deberían medirse en una segunda vuelta, prevista para el 24 de noviembre.
Tanto desde la oposición como desde el oficialismo han insistido en los últimos días en que los fiscales partidarios permanezcan hasta el recuento de los votos en cada mesa de votación y controlen el proceso. “Tenemos más de 180.000 fiscales trabajando en todo el país, con un altísimo nivel de participación de voluntarios y militantes trabajando en la fiscalización”, destacó Marcos Peña.
Los mercados operaron la semana pasada con alta volatilidad y creciente incertidumbre respecto al resultado electoral, algo que ya había ocurrido en las primarias, cuyo resultado adverso para el oficialismo desató un verdadero terremoto financiero en el día siguiente. Al ser consultado sobre eventuales medidas, como declarar el cierre de bancos y mercados este lunes, Macri se excusó de responder y aseguró que hoy estará “temprano” en la Casa Rosada “trabajando por el futuro de los argentinos, como corresponde, en cualquier escenario”. Por su parte, el ministro de Hacienda argentino, Hernán Lacunza, dijo que el Gobierno está preparado “para cualquier escenario” económico tras los comicios.
Ayer además se cumplían nueve años del fallecimiento del ex presidente Néstor Kirchner (2003-2007) y su recuerdo ronda la jornada electoral. “Siempre en el corazón de los argentinos y las argentinas”, escribió en su cuenta en la red social Twitter su esposa y sucesora, la expresidenta Cristina Fernández (2007-2015), quien compite como candidata a vicepresidenta por el Frente de Todos.