Washington - La revelación de un nuevo caso de presiones por parte del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, a otro país, en este caso Australia, para desacreditar al fiscal especial que dirigió las pesquisas sobre la llamada trama rusa, pone aún más contra las cuerdas al mandatario, objeto de una investigación de juicio político impulsada por los demócratas.

Trump se comunicó con el primer ministro australiano, Scott Morrison, para pedirle información vinculada a la investigación sobre la supuesta interferencia rusa en las pasadas elecciones presidenciales del país norteamericano. Así lo confirmó ayer una portavoz del Ejecutivo de Australia. La conversación telefónica tuvo lugar, aunque no dio detalles sobre la fecha ni el contenido.

“El Gobierno australiano siempre ha estado dispuesto a ayudar y cooperar con los esfuerzos que ayuden a esclarecer asuntos que son investigados”, se limitó a decir la portavoz. “El primer ministro confirmó esta disposición una vez más en una conversación con el presidente” Trump, agregó.

Según la cadena australiana ABC, la conversación entre Trump y Morrison se produjo antes de la gira que realizó el mandatario australiano a EEUU, en donde se reunió con el presidente de ese país en Washington y Ohio, el 21 y 22 de septiembre pasado.

El diario The New York Times publicó el lunes que Trump presionó en una reciente llamada telefónica a Morrison para que ayudara al fiscal general de EEUU, William Barr, en su propósito de desacreditar la investigación abierta sobre la interferencia rusa.

Según dicho rotativo, Trump percibe a Barr como uno de sus principales aliados para desautorizar la investigación de los comicios de 2016 iniciada por el que fuera fiscal especial Robert Mueller, pese a que el Departamento de Justicia debería operar con independencia del Ejecutivo.

El exalto comisionado de Australia en el Reino Unido Alexander Downer, quien habría ayudado a impulsar las investigaciones de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) de EEUU sobre la presunta injerencia de Rusia en la campaña electoral estadounidense, dijo ayer a la ABC que no sabe nada de la conversación entre Morrison y Trump. “Me temo que en estos días no es el tipo de cosas de las que tengo conocimiento”, recalcó.

Downer se reunió con George Papadopoulos, otrora empleado de la campaña electoral de Trump, para darle cuenta sobre la información rusa dañina para la candidata presidencial Hillary Clinton, entonces rival del ahora mandatario estadounidense. “Conversé con esta persona y le pasé un elemento de la conversación a los estadounidenses. Eso fue todo”, explicó Downer. La información desvelada por Downer dio lugar al inicio de las investigaciones de Mueller.

Juicio político Y en medio de la investigación legislativa para un posible juicio político contra Trump, su secretario del Departamento de Estado, Mike Pompeo, anunció ayer que los funcionarios de su departamento -citados por el Congreso para declarar próximamente sobre la relación del país con Ucrania- no lo harán. “Permítanme ser claro: no toleraré tales tácticas, y utilizaré todos los medios a mi disposición para prevenir y exponer cualquier intento de intimidar a los profesionales dedicados a los que me enorgullece dirigir y servir con en el Departamento de Estado”, dijo Pompeo.

El anuncio llega después de que la presidenta de la Cámara Baja, Nancy Pelosi, anunciara hace una semana una investigación contra Trump por la llamada telefónica que sostuvo el 25 de julio con su homólogo ucraniano, Zelenski, pidiéndole investigar al exvicepresidente Joe Biden, -aspirante a la candidatura presidencial demócrata en 2020- y a su hijo por presunta corrupción en ese país. - Efe