Washington - La policía elevó ayer a siete el número de víctimas fallecidas en el tiroteo del sábado en Texas, donde precisamente ayer domingo entraron en vigor varias leyes que reducen los controles de armas de fuego, lo que ha reavivado el debate en EEUU sobre la necesidad de poner cortapisas a este tipo de armamento.
El jefe de la Policía de Odessa (Texas), Michael Gerke, informó en una rueda de prensa televisada de que la cifra de muertos en el tiroteo aumentó a siete, aparte del presunto atacante, que fue abatido por la policía, mientras que los heridos ascendieron a 22 personas. Entre los heridos hay una menor de 17 meses con lesiones en la boca y el pecho que evoluciona favorablemente.
Respecto a las razones que movieron al atacante a abrir fuego de manera indiscriminada, Gerke destacó que “no hay respuestas definitivas sobre los motivos”. “Hay una investigación que sigue en marcha”, afirmó.
De acuerdo al relato de la Policía, los sucesos se desencadenaron a las 15.25 hora local del sábado cuando los agentes dieron el alto al vehículo en que se trasladaba el sospechoso por una infracción de tráfico entre las poblaciones de Midland y Odessa, en el oeste de Texas. En ese momento, el conductor abrió fuego y se dio a la fuga en dirección al interior de Odessa, donde disparó de forma indiscriminada contra los viandantes desde su vehículo.
Llegado a un punto, el atacante abandonó su coche para continuar la huida en un camión de correos que robó y se dirigió a unos multicines, donde finalmente fue abatido por la policía.
Se trata del segundo tiroteo en menos de un mes en Texas, que el pasado 3 de agosto fue escenario del mayor atentado contra la comunidad latina en EEUU, con la muerte de 22 personas -ocho de ellas mexicanos- en El Paso, en la frontera con México, cuyo autor fue detenido.
El gobernador de Texas, Greg Abbott, quien también intervino en la rueda de prensa de la Policía de Odessa, lamentó que ya ha visto muchos sucesos de ese tipo.
“Necesitamos soluciones para evitar que las armas acaben en manos de criminales”, dijo Abbott, quien subrayó que está trabajando para hallar una solución y proteger a los ciudadanos.
Sin embargo, el propio Abbott, miembro del Partido Republicano, firmó una serie de leyes, aprobadas por el Congreso estatal, que entraron en vigor ayer y que reducen los controles de armas. - Efe