Washington - Niños solos, llorando a la salida de los colegios, esperando en los gimnasios sin éxito a que sus padres los recogieran, totalmente desconcertados. Por que ellos no llegaron. Esta una de las imágenes que tuvo lugar el miércoles en Misisipi después de que se produjera la macrooperación. El fiscal del distrito sur de Misisipi, Mike Hurst, dijo el jueves a los periodistas que esta es la mayor redada en al menos una década en el país y que, además, es “la acción de las fuerzas del orden más grande en un solo estado en la historia de Estados Unidos.”
Los arrestos se produjeron en seis localidades de Misisipi y tuvieron como blanco el lugar de trabajo de los inmigrantes.
El Control de Aduanas de EEUU (ICE por sus siglas en inglés) confirmó en su cuenta de Twitter que los registros tuvieron lugar en siete plantas de las poblaciones de Canton, Pelahatchie, Cartago, Sebastopol, Morton y Bay Spring.
La macroredada se produjo en siete plantas de procesamiento de alimentos del Estado sureño, y como resultado, 680 inmigrantes fueron arrestados. Las autoridades anunciaron que cerca de 300 de los detenidos fueron liberados el jueves, por razones humanitarias en algunos casos, ya que sus hijos no tenían a nadie que se hiciera cargo de ellos mientras sus padres estaban bajo arresto.
“Aproximadamente 30 extranjeros fueron liberados por razones humanitarias y otros 270 detenidos quedaron en libertad después de pasar el proceso del Departamento de Seguridad Nacional en la base de la Guardia Nacional en Pearl. Todos fueron devueltos al lugar donde los encontraron originalmente”, informó el Departamento de Justicia en un comunicado. Los inmigrantes liberados “fueron enjuiciados ante los tribunales federales de inmigración y tendrán que presentarse en una fecha próxima”, explicó el portavoz de la policía migratoria de Estados Unidos (ICE, por sus siglas en inglés), Bryan Cox, en un correo electrónico a Associated Press.
La acción de ICE abarcó cinco empresas, detalló en rueda de prensa telefónica, el agente especial de ICE Jere Miles, quien señaló que las escuelas de la zona fueron informadas posteriormente de las operaciones. En especial, detalló Miles, se les notificó cómo ponerse en contacto con los padres detenidos, a quienes se les permitió realizar llamadas telefónicas.
Investigación federal El objetivo principal de ICE “era una investigación federal en curso, no la aplicación de la ley de inmigración”, agregó la agencia en Twitter. En julio, el presidente estadounidense, Donald Trump, anticipó que su Gobierno iba a iniciar redadas masivas para deportar a “miles” de indocumentados.
Según medios locales, la medida, que puso en alerta a las organizaciones de inmigrantes, estaba dirigida contra unos 2.000 inmigrantes que ya habían recibido órdenes de deportación y que, en algunos casos, no se presentaron a las audiencias en los tribunales de inmigración. - Efe