Roma - La familia de Emanuela Orlandi, la hija de 15 años de un empleado vaticano desaparecida en 1983, vivió ayer una nueva decepción en su continua búsqueda cuando se comprobó que estaban vacías las tumbas del cementerio donde les indicaron que podían estar los restos de la joven.
Desde hace 36 años la familia Orlandi busca respuestas, sobre todo en el Vaticano, que hasta ahora había rechazado abrir cualquier tipo de investigación para conocer qué le ocurrió a Emanuela cuando el 22 de junio de 1983 desapareció sin dejar rastro tras salir de su clase de flauta en la escuela de música de San Apolinar, en Roma.
La última pista a la que se aferraban era la de investigar en el cementerio teutónico en el interior del Estado pontificio después de que el verano pasado recibieran una carta anónima con una foto de la tumba con la frase Busque donde indica el ángel.
La fiscalía vaticana autorizó la apertura y exhumación de los posibles restos sepultados en la llamada Tumba del Ángel, en la que se creía estaba enterrada la princesa Sofía von Hohenlohe, fallecida en 1836, y la adyacente, de la princesa Carlota Federica de Mecklemburgo, que murió en 1840.
El hermano de Emanuela, Pietro Orlandi, llegó al Vaticano ayer a primera hora acompañado por la abogada de la familia, Laura Sgrò, quien ha vuelto a insistir en la necesidad de que el Vaticano colabore en las investigaciones.
Casi cinco horas después abandonaban el Vaticano y declaraban con sorpresa y decepción a los medios: “Las tumbas están vacías”.
Y nadie, tampoco la familia de las dos princesas, conocían que ambos cuerpos no estuvieran enterrados allí. En la tumba de la princesa Sofía se excavó hasta hallar un departamento subterráneo de unos 4 metros por 3,70, completamente vacío al igual que el sarcófago de la princesa Carlota. “Estamos muy sorprendidos”, dijo la abogada, quien indicó que ahora el Vaticano tendrá que informar sobre por qué las tumbas están vacías.
La desaparición de Orlandi siempre ha estado rodeada de teorías, desde la implicación de la curia vaticana, a la mafia de Roma o la relación con el atentado a Juan Pablo II a manos del turco Ali Agca.