Hong Kong - La Policía hongkonesa disolvió por la fuerza la masiva concentración contra la polémica ley de extradición, cuya segunda lectura, prevista para ayer, fue pospuesta in precisar hasta cuándo ante las masivas movilizaciones de rechazo. Muchos de los manifestantes, mayoritariamente jóvenes, se vieron forzados a abandonar la sede del Consejo Legislativo autónomo después de que la policía empleara pelotas y gases lacrimógenos contra ellos, y se desplazaron a última hora de la tarde a Central, el distrito financiero de la ciudad.
Decenas de personas, al menos 70 -entre manifestantes, periodistas y agentes de policía- resultaron heridas, según los medios del territorio autónomo.
La prevista ley de extradición permitiría a la Jefatura del Ejecutivo local y a los tribunales de Hong Kong tramitar las solicitudes de jurisdicciones sin acuerdos previos -en particular, China y Taiwán-, ni supervisión legislativa.
Fotos publicadas por el rotativo local South China Morning Post mostraban ayer a manifestantes cerca de la sede haciendo acopio de ladrillos de las aceras, mientras la policía -unos 5.000 agentes, según la prensa local- desplegaba una bandera con la frase “Dejad de arremeter o disparamos”, una amenaza que finalmente se hizo realidad con métodos antidisturbios.
La jornada de protestas, que se había iniciado con una vigilia pacífica desde la noche anterior rodeando el Parlamento, comenzó ayer con el mismo tono de tranquilidad. Según avanzaba el día miles de jóvenes, alguno de muy corta edad, se fueron concentrando a lo largo de las principales avenidas de la ciudad, llegando a cortarlas totalmente.
Por ello, el Ejecutivo hongkonés urgió a los ciudadanos a que no se acercaran al distrito central del Almirantazgo, donde está la sede del Gobierno, dado que las protestas estaban causando “obstrucciones graves” y “grandes inconveniencias al tráfico”.
“Un gran número de manifestantes han usado armas muy peligrosas y un alto grado de violencia, y han cargado repetidamente contra los agentes de policía dando pie a una situación caótica. Por tanto, pedimos a esa gente que abandone inmediatamente el lugar por su propia seguridad”, señaló el portavoz del Ejecutivo en un comunicado.
Sin embargo, según pudo constatar Efe, los manifestantes se mostraron pacíficos en todo momento y se defendieron de las cargas policiales con cascos, botellas de agua y paraguas recordando las tumultuosas protestas de 2014, que marcaron entonces la mayor expresión de disconformidad con las políticas chinas en este territorio. La experiencia que muchos de los manifestantes traían de las protestas de hace cinco años sivió para que se repitieran iniciativas para ubicar en las calles puntos de avituallamiento, con bebidas y algún alimento, además de proporcionar paraguas, mascarillas y gafas de buceo para protegerse del lanzamiento de gas pimienta por parte de las fuerzas antidisturbios. - Efe