Trípoli - Aviones de combate cedidos por Emiratos Árabes Unidos (EAU) bombardearon ayer posiciones del Gobierno impuesto por la ONU en Trípoli, escenario de una batalla que ha dejado al descubierto la compleja red de intereses extranjeros que enmaraña el conflicto en Libia. Fuente de Seguridad vinculadas al Ejército Nacional Libio (LNA), bajo el mando del mariscal Jalifa Hafter, aseguraron que sus cazabombarderos atacaron distintas posiciones en el entorno de la ciudad costera de Zawara, próxima a la frontera con Túnez.
Además de uno de los principales núcleos de la mafias dedicadas al contrabando de personas, Zawara es la puerta de entrada al puerto y a la refinería de Mellitah, explotada por la petrolera italiana ENI. En Mellitah también desemboca el oleoducto que parte de los yacimientos de Al Sharara y Al Fil, que explotan las españolas Repsol y la francesa Total, entre otras, y que es el pilar energético de la capital.
Ni el LNA ni el Gobierno impuesto por la ONU en Trípoli en 2016, conocido bajo las siglas GNA, han informado de eventuales víctimas del ataque. Los aviones cedidos por Emiratos al mariscal Hafter también bombardearon varias posiciones en la base militar de Maitiga, único aeropuerto en funcionamiento en la asediada capital libia. En el frente terrestre, apenas se produjeron avances, con las tropas orientales situadas a unos siete kilómetros del centro de la capital, bien asentadas en las localidades de Al Gharyan y Tarhouna, desde donde tratan de tomar los barrios del sur.
Escaramuzas alternas se repitieron en las localidades de Ain Zara, Suq al Khamis, Wadi al Rabie y Al Yarmouk, en el extrarradio sur, donde las milicias afines al gobierno sostenido por la ONU han logrado frenar el avance.
Las batallas estallaron el pasado 4 de abril, fecha en la que el mariscal Hafter, hombre fuerte del este del país, ordenó la conquista de Trípoli, donde se encontraba de visita el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, en un claro mensaje a la comunidad internacional.