Viena - La ONU ha pedido acabar con la impunidad en la trata de personas, una nueva forma de esclavitud usada cada vez más por grupos armados en zonas en conflicto para financiarse y atraer a reclutas con la promesa de explotar a mujeres como esclavas sexuales.
El Informe Global sobre Trata de Personas -presentado en Viena- analiza unos 24.000 casos documentados en 2016 en 142 países, y la explotación sexual (59%) es el destino más frecuente de esta “esclavitud del siglo XXI”, seguido por el trabajo forzado (34%).
Esa cifra es solo “la punta del iceberg” debido a que muchas de las víctimas no son detectadas, y el número de personas afectadas podría situarse “en los millones”, según el director de la Oficina de la ONU contra la Droga y el Delito (ONUDD), Yuri Fedotov.
Según el estudio, más del 70% de las víctimas globales de trata son niñas, chicas y mujeres. Casi la mitad de las víctimas totales son mujeres adultas (49%), mientras que las niñas suponen el 23% del total y su número va en aumento. Los hombres representan el 21% de las víctimas documentadas y los niños, el 7%.
Mientras que la enorme mayoría de quienes sufren explotación sexual son mujeres, los hombres son el mayor grupo en los casos de trabajos forzados. La trata es un crimen que consiste en captar y retener a una persona mediante la fuerza o la coerción, con el fin de explotarla sexual o laboralmente.
Si bien la forma más conocida es la explotación sexual, otras víctimas sufren condiciones de esclavitud en tareas domésticas o en sectores como la minería y la agricultura o, incluso, son explotadas en la mendicidad infantil o sometidas a matrimonios forzosos. También se han documentado en los pasados 13 años 700 casos de extracción de órganos, sobre todo en Oriente Medio y el norte de África. “La impunidad es el mayor problema”, aseguró Angela Me, la responsable del informe, al hacer referencia a que apenas hay datos de víctimas detectadas en grandes partes de África y Asia.
La ONU calcula que este es el tercer tipo de crimen a escala global que más beneficios genera para las redes criminales, solo por detrás del narcotráfico y el tráfico ilegal de armas, y las cifras que se mueven son de decenas miles de millones de dólares.
La mayor parte de los casos son detectados en los países de origen de las víctimas, aunque existe un patrón universal en el que las víctimas se desplazan desde regiones más pobres a otras más ricas.
Las redes criminales se benefician de la situación de vulnerabilidad de las víctimas, lo que se agudiza en las zonas de conflicto debido al desmoronamiento del Estado, el desplazamiento de la población y la necesidad de bienes básicos. “El tráfico de personas en conflictos armados ha alcanzado proporciones terribles, con niños soldados trabajos forzados y esclavitud sexual”, denunció Fedotov.
En zonas de conflicto en África subsahariana y Oriente Medio, grupos armados convierten a niñas y mujeres en esclavas sexuales “para impulsar el reclutamiento y recompensar a sus combatientes”, agregó el responsable máximo de la ONUDD. - Efe
Trabajadores humanitarios. La ONU instó ayer a las partes en conflicto en Siria al cese de la violencia contra los trabajadores humanitarios, después de que la semana pasada un cooperante fuese secuestrado y posteriormente asesinado en la provincia de Idlib (norte del país). Los cooperantes en Siria “arriesgan sus vidas diariamente para ayudar a millones de personas vulnerables a causa del conflicto”, afirmó en un comunicado el coordinador adjunto regional para la crisis de Siria sobre la violencia contra los trabajadores humanitarios de la ONU, Mark Cutts.
En el noreste del país, último bastión opositor contra el presidente sirio, Bachar al Asad, se ha producido en los últimos meses “un aumento de los secuestros, las extorsiones y los ataques contra el personal humanitario”, según la nota.