Washington - Las autoridades de EEUU han comenzado a someter a exámenes médicos a todos los menores inmigrantes bajo su custodia después de que el martes falleciera un segundo niño guatemalteco tras haber sido detenido por cruzar de forma irregular la frontera con México. En las pruebas médicas tendrán prioridad los niños menores de 10 años, según informó en un comunicado la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, en inglés).

En una cita con la prensa, funcionarios del Departamento de Seguridad Nacional, encargado de la política migratoria y que supervisa la CBP, afirmaron que el 95% de los menores inmigrantes en su custodia ya han pasado esos exámenes médicos, que se realizan después de una primera prueba en el momento del arresto.

Los funcionarios no precisaron en qué consisten los exámenes y tampoco detallaron cuántos menores están bajo su custodia. Solo de octubre de 2017 a septiembre de 2018 llegaron a EEUU casi 400.00 inmigrantes, de los que 50.000 eran menores que viajaban solos sin sus padres.

Por otro lado, la policía fronteriza anunció que está evaluando el cuidado que presta a los menores de 10 años cuando son detenidos y en las primeras 24 horas de su custodia.

El pasado 24 de diciembre, un niño guatemalteco de ocho años, identificado como Felipe Gómez Alonzo, murió en un hospital del estado de Nuevo México por causas que aún se desconocen y después de haber estado bajo supervisión de la policía fronteriza durante más de una semana.

Las normas del Gobierno de EEUU fijan que los inmigrantes no deben ser detenidos durante más de 72 horas en las instalaciones de la CBP, que suelen estar destinadas para una estancia temporal y no cuentan con recursos para garantizar el bienestar de los más pequeños.

Centro de procesamiento Según la información publicada ayer por la CBP, Gómez Alonzo y su padre fueron detenidos el 18 de diciembre a las 13.00 hora local a unos 5 kilómetros de un punto oficial de entrada al país situado en el puente que une la localidad texana de El Paso (EEUU) y Ciudad Juárez (México). Durante dos días estuvieron en un centro de procesamiento de la CBP; luego pasaron a las instalaciones de esa agencia en El Paso y el 23 de diciembre llegaron a Alamogordo, en Nuevo México.

Fue allí donde, al día siguiente, un agente fronterizo observó que el niño estaba tosiendo y tenía los “ojos brillantes”, por lo que fue trasladado al hospital Gerald Champion Regional.

Una vez allí, los doctores determinaron que el pequeño sufría un resfriado común; pero tras comprobar que tenía 39,5 grados de fiebre decidieron dejarlo otros 90 minutos en observación para, después, darlo de alta con una receta médica para que tomara ibuprofeno y amoxicilina. Aun así el menor empeoró y murió ingresado en la Nochebuena. Este es el segundo niño que muere en diciembre bajo custodia de las autoridades estadounidenses. Efe