Washington - El enviado especial de Estados Unidos para la coalición contra el Estado Islámico (EI), Brett McGurk, presentó el viernes su renuncia en protesta por la decisión de la Casa Blanca de retirar las tropas estadounidenses en Siria según informaron ayer la cadena CBS y el diario The Washington Post.
McGurk tenía previsto dejar su puesto en febrero de 2019, pero el viernes comunicó al Departamento de Estado su deseo de acelerar su salida de la Administración, que se hará efectiva el 31 de diciembre, según el Post, que cita a un funcionario de la diplomacia estadounidense familiarizado con el asunto.
Considerado como el arquitecto de la estrategia de EEUU contra el EI, McGurk ha trabajado para los expresidentes George W. Bush (2001-2009), a quien asesoró sobre Irak y Afganistán; así como para Barack Obama (2009-2017), quien en 2015 le nombró enviado especial para la coalición contra el yihadismo.
La decisión de McGurk sigue a la renuncia esta semana del general James Mattis como secretario de Defensa y se produce después de que el presidente Trump proclamara la derrota del EI en Siria y anunciara la retirada de los 2.000 militares desplegados en ese país como parte de la coalición internacional.
Según la CBS, McGurk ha presentado su renuncia debido a “desacuerdos fundamentales” con la decisión de Trump sobre Siria que, en su opinión, deja solos a los aliados de Estados Unidos en la región.
El pasado 11 de diciembre, McGurk compareció ante la prensa en el Departamento de Estado y garantizó que EEUU pensaba permanecer en Siria durante un periodo largo de tiempo. “El objetivo militar es la derrota duradera del Estado Islámico. Y si hemos aprendido una cosa a lo largo de los años es que la derrota de un grupo terrorista como el Estado Islámico significa que no se le puede vencer solo en su espacio físico y luego irse”, dijo entonces McGurk.
Según el Gobierno de EEUU, al Estado Islámico solo le queda un 1% del territorio que llegó a dominar en 2014, cuando proclamó un califato en Siria e Irak. Desde septiembre de ese año, EEUU desarrolla operaciones en Siria en el marco de la coalición internacional contra los radicales, que lleva a cabo bombardeos y colabora sobre el terreno con las Fuerzas de Siria Democrática (FSD), una alianza armada encabezada por milicias kurdas.
El final “más cerca” Por su parte, en Damasco han dado la bienvenida a la retirada de las tropas estadounidenses de Siria, y ven el fin del conflicto más cerca, aunque aún quedan frentes abiertos en el norte y el este del país, con los últimos rebeldes, los kurdos y los yihadistas.
Elia Samman, asesor del ministro de Estado para la Reconciliación Nacional, Ali Haidar, afirmó en una conversación telefónica que “el conflicto a nivel militar está prácticamente terminado” y que los dos frentes abiertos “parece que van a resolverse de forma política”. Por un lado, está la provincia de Idlib (norte), la última que queda en manos de grupos rebeldes e islamistas, y por otra, los territorios en el este del país donde aún tiene presencia Estado Islámico, contra el que combaten las milicias kurdas. Samman celebró la retirada de las tropas estadounidenses que luchan contra el EI en Siria al considerarla “una forma de reconocer el error que estaba cometiendo” Washington a la hora de querer acabar con el régimen de al Asad. Sin embargo, pidió “cautela” porque, aseguró, no es la primera vez que Trump habla de un posible retirada y no la cumple.
El Gobierno sirio aún no se ha pronunciado oficialmente sobre la decisión de Washington, pero la agencia SANA, indicó esta semana que han llegado a su fin “la agresión estadounidense” y la “presencia ilegal” de las fuerzas que “cometieron decenas de masacres contra civiles”. - Efe