Moscú - El presidente ruso, Vladímir Putin, apostó ayer por continuar en los próximos años con el rearme para hacer frente a “amenazas externas” como la política “militarista” de EEUU y sus planes de abandonar el primer tratado de desarme nuclear de la Guerra Fría. “El reforzamiento de la capacidad defensiva y de la seguridad de Rusia (...) ante amenazas externas fue y será nuestra tarea más importantes”, dijo Putin durante una reunión de la plana mayor del Ministerio de Defensa ruso.

Putin, quien subrayó que el rearme es apoyado por “todos los ciudadanos del país”, puso nombre y apellidos a la mayor amenaza para el Kremlin, el presupuesto de defensa de EEUU, que tachó de “militarista”. “725.000 millones de dólares es una cifra récord, incluso teniendo en cuenta una pequeña inflación. Sea como sea, es un presupuesto militarista. La disparidad (entre las principales potencias) es muy grande”, afirmó.

En comparación, recordó que el presupuesto ruso asciende a 46.000 millones de dólares y adelantó que el Gobierno reducirá el gasto en defensa en los próximos años. También denunció los “peligrosos” planes de Washington de abandonar el próximo año el tratado de eliminación de misiles nucleares de corto y medio alcance (INF), suscrito por Moscú y Washington en 1987 y considerado uno de los documentos que puso fin a las tensiones de la Guerra Fría.

“Debilitaría de manera importante la seguridad regional y global y a largo plazo estaríamos hablando de una degradación o incluso del colapso de toda la arquitectura de control de armamento y de la no proliferación de armas de destrucción masiva”, advirtió.

Recordó que dicho tratado significó en su momento “un acto de desarme unilateral” de la URSS, ya que Moscú se quedó sin misiles, mientras Washington conservó los aéreos y marítimos, en una clara crítica al entonces líder soviético, Mijaíl Gorbachov.

Putin tachó de “pretexto para abandonar el INF” el argumento presentado por el presidente norteamericano, Donald Trump, de que Rusia ha violado el tratado, acusaciones que consideró “infundadas”. “Conocemos desde hace tiempo el despliegue de sistemas de lanzamiento con emplazamiento marítimo en Rumanía y de los planes de desplegarlos en Polonia en un futuro cercano. Esto viola directamente el tratado, teniendo en cuenta que los sistemas empleados para lanzar este tipo de misiles desde el mar ahora están estacionados en tierra”, dijo.

Entuerto estratégico El líder ruso propuso una solución al actual entuerto estratégico: incluir a más países en el tratado, ya que en los últimos 30 años son muchos los que han desarrollado misiles de medio y corto alcance, como China, Israel, Pakistán, la India, Irán o Corea del Norte. “Existen algunos problemas con este tratado: no incluye a otros países que poseen misiles de medio y corto alcance. Pero nada impide comenzar las conversaciones sobre su inclusión en el tratado actual o empezar a abordar los parámetros de uno nuevo”, planteó.

En caso de que el tratado deje de existir, advirtió de que Moscú se verá obligada a tomar “medidas adicionales” para reforzar su seguridad, que incluirían apuntar con sus misiles a Europa si algún país del continente decide emplazar armamento estratégico estadounidense.

En todo caso, recordó que, dado el actual ritmo de desarrollo del armamento estratégico por parte de Rusia, podrá mantener la paridad nuclear con Estados Unidos. “Nadie tiene armas hipersónicas y nosotros ya las tenemos. Más aún, estos no son planes: el Kinzhal ya ha entrado en servicio”, subrayó.

Putin se refería al misil de alta precisión Kinzhal, de emplazamiento aéreo, que tiene un alcance de más de 2.000 kilómetros, una velocidad diez veces mayor que el sonido y que es capaz de burlar el escudo antimisiles norteamericano. - Efe