Washington - El presidente de EEUU, Donald Trump, se distanció ayer de su exabogado personal Michael Cohen, condenado el miércoles a tres años de cárcel, al asegurar que nunca le ordenó “violar la ley” y que su declaración de culpabilidad ante la Justicia solo busca avergonzarle. Después de haber mantenido un poco habitual silencio de casi veinticuatro horas en las redes sociales, Trump comentó por primera vez la sentencia a Cohen en una serie de tuits esta mañana. “Nunca ordené a Michael Cohen violar la ley. Es un abogado y se supone que conoce la ley”, recalcó Trump en su red social favorita sobre quien fuera uno de sus colaboradores más cercanos.
Cohen se convirtió esta semana en la primera persona del círculo cercano al presidente en ser condenada a prisión por una serie de cargos que incluyen asuntos vinculados a la investigación sobre la trama rusa, como mentir al Congreso sobre el proyecto del ahora mandatario de ubicar en Moscú una Torre Trump. El exabogado se declaró culpable tanto en ese caso dirigido por el fiscal especial que investiga la trama rusa, Robert Mueller, como en otro encabezado por fiscales de Nueva York, que le acusaban de evasión de impuestos y violaciones de la ley de financiación de campañas electorales por el pago a dos mujeres, a las que Trump quería silenciar por haber cometido adulterio con ellas. Cohen “hizo algunas cosas malas totalmente sin relación conmigo”, añadió Trump.
Para el mandatario, su exletrado “simplemente aceptó esos cargos para avergonzar al presidente” y obtener “una sentencia de prisión muy reducida”. La distancia marcada por Trump respecto a su exabogado contrasta con las afirmaciones de apenas dos años atrás en las que Cohen subrayaba su inquebrantable lealtad a su entonces jefe. “Soy el tipo que recibiría una bala por el presidente”, aseguró el propio Cohen en septiembre de 2017, unas palabras que no han dejado de perseguirle desde entonces.
Apodado el pitbull del magnate, Cohen estuvo vinculado a Trump desde 2007, cuando inició su periplo en la Organización Trump como alto cargo y se convirtió en su asesor legal personal, puesto en el que su compromiso excedía las prácticas que normalmente se esperarían de un letrado. “Si haces algo mal (contra Trump), voy a ir a por ti, te cogeré del cuello y no te dejaré ir hasta que haya terminado”, llegó a decir en una entrevista con el canal ABC.
El idilio se quebró después de que Cohen, ante la presión de los investigadores federales, aceptase al final de este verano declararse culpable y colaborar con la Justicia. El cambio de tono ha quedado patente por parte de su antiguo empleador en las últimas semanas, en las que Trump ha calificado de manera repetida a Cohen de ser una persona “débil”.
Asimismo, en una entrevista en la cadena conservadora Fox, el mandatario insistió ayer en rebajar el nivel de confianza que daba a Cohen, a quien contrató porque le hizo “un favor” de “bajo nivel” en la junta de condominio de su edificio Trump World en Nueva York. “En retrospectiva, cometí un error. Usualmente, contrato a buena gente”, agregó.
La Fiscalía había solicitado contra Cohen, de 52 años, una pena de entre 51 y 63 meses por la “seriedad” de las “desvergonzadas violaciones” de las leyes electorales, así como por haber mentido “deliberadamente” al Congreso sobre las negociaciones en torno a una potencial Torre Trump en Moscú, que finalmente no se construyó.
Sentencia El juez William H. Pauley III, que valoró la cooperación de Cohen con las autoridades, también le sentenció a tres años de libertad vigilada, a pagar una multa de 50.000 dólares, así como a restituir 1.393.858 dólares defraudados a la Hacienda pública.
Por otro lado, Trump cargó ayer también contra el exasesor de seguridad nacional de la Casa Blanca Michael Flynn, que podría evitar ir a la cárcel por su colaboración con las pesquisas de la trama rusa. “Concedieron al General Flynn un gran trato porque estaban avergonzados por la forma en que fue tratado el FBI dijo que no mintió e hicieron caso omiso al FBI. Querían asustar a todo el mundo inventando historias que no son ciertas atrapándoles por los errores más pequeños. (Qué) triste!”, dijo Trump en Twitter. - Efe
“Culpable”. Maria Butina, la presunta agente encubierta rusa que fue detenida en Estados Unidos el pasado julio, se declaró ayer culpable de un cargo de espionaje presentado contra ella en un tribunal federal de Washington y aceptó cooperar con las autoridades. “Culpable”, aseguró la espía confesa ante la jueza del caso.
Hasta cinco años de prisión. La acusada, de 30 años y a quien Estados Unidos vincula con el Kremlin, confesó su culpabilidad en un delito de conspirar contra Estados Unidos, que le podría acarrear una condena máxima de 5 años de prisión en el marco de una causa judicial que ha generado una gran expectación.
Cambio de declaración. Butina hizo este gesto después de que el pasado lunes su defensa registrara una petición en la que solicitaba una audiencia para cambiar su declaración inicial, en la que se había considerado inocente. La mujer aceptó cooperar con las autoridades, lo que podría ayudar a Estados Unidos a conocer los intentos de Moscú de influir en su política nacional.