Moscú - Los dos hombres señalados por el Reino Unido como sospechosos de envenenar al exespía ruso Serguéi Skripal y a su hija Yulia, Alexander Petrov y Ruslan Boshirov, aseguraron ayer que no son agentes de la inteligencia militar rusa y que viajaron a Salisbury como turistas. “Los amigos nos habían aconsejado hace mucho visitar esa maravillosa ciudad, (...) que tiene una famosa catedral conocida no solo en Europa, sino en todo el mundo, por su torre de 120 metros y su reloj”, dijo Boshirov en una entrevista exclusiva a Margarita Simonián, la directora de la cadena de televisión internacional rusa RT.
Una semana después de que sus nombres y fotos coparan las portadas de todo el mundo, los dos hombres, de aspecto fuerte y unos 35 años de edad, aparecían en la televisión rusa para contar que tienen miedo y que su vida se ha convertido en “una pesadilla”.
Eso sí, lo hicieron después de que el presidente ruso, Vladímir Putin, les invitara el miércoles a dirigirse a los medios de comunicación para contar cómo acabaron en Salisbury el mismo día en que los Skripal fueron envenenados, supuestamente con un agente tóxico fabricado en Rusia y conocido como Novichok.
Durante casi media hora, Petrov y Boshirov se sometieron a preguntas de la entrevistadora, que afrontó la conversación en un tono jocoso y que llegó a insinuar que son pareja.
Según su versión de la “fatal e increíble coincidencia” que les llevó a estar cerca de la escena del crimen, el mal tiempo inglés tuvo la culpa de que en un viaje de poco más de 48 horas viajaran hasta dos veces desde Londres a Salisbury, a una hora y media en tren de la capital británica. Llegaron a Londres el 2 de marzo de este año “para desmadrarse”, y de paso para visitar la catedral de Salisbury, el monumento Stonehenge y el asentamiento prehistórico de Old Sarum, ambos al lado de esa ciudad del suroeste de Inglaterra.
“El día 3 fuimos a la ciudad, pero estaba colapsada por la nieve. Era imposible pasear. Nos empapamos hasta las rodillas”, repasó Boshiron su primera incursión en Salisbury.
Petrov explicó que no tuvieron más remedo que volver enseguida a Londres, pero al día siguiente, cuando fueron envenenados los Skripal, “hacía buen tiempo”, y lo intentaron de nuevo, “con la determinación de ver la catedral y el Old Sarum”.
Sólo lograron ver la catedral, “porque a la hora de comer empezó a llover y a nevar, y nos tuvimos que volver antes de lo previsto”, agregó.
Según la Policía británica, los dos sospechosos fueron captados por las cámaras de seguridad cerca de la casa de los Skripal, luego volvieron a Londres en tren y esa misma tarde regresaron en un avión a Moscú.
“Puede que nos hayamos acercado” a la casa de los Skripal, “pero no sabemos dónde está”, señaló Boshirov al respecto.