Washington - El Ejército de Estados Unidos acaba de crear una nueva unidad cuya finalidad es dilucidar cómo será la guerra del futuro para así poder preparar al soldado del mañana, una misión para la cual, por primera vez, el Pentágono ha establecido un puesto de mando en una institución académica.

En una decisión inédita, el Departamento de Defensa estadounidense ha instalado el puesto de mando de su nueva unidad en el edificio de Sistemas de la Universidad de Texas, ubicada en Austin, donde trabajarán buena parte de los 500 empleados que acabarán conformando el equipo, de los que 400 serán civiles.

“En el Mando de Futuros del Ejército abogamos por contar con cualquier conocimiento, de cualquier fuente, para crear soluciones innovadoras más rápidamente y mejor”, señala la página web de la unidad.

Por ello, el Pentágono y la comunidad científica unirán fuerzas con el objetivo de diseñar cómo serán los conflictos armados dentro de 30 años. “No podemos solventar todos los retos a los que nos enfrentamos nosotros solos”, reconoce el coronel Patrick Seiber, director de Comunicación del Mando de Futuros del Ejército.

Al frente de esta ambiciosa misión estará el general de cuatro estrellas John Murray, quien se incorporó a las Fuerzas Armadas en 1982 y que cuenta con experiencia en Afganistán. “Esta debe ser una tarea de equipo, debemos trabajar juntos para garantizar que nuestros soldados tengan todo lo necesario, cuando sea necesario, para poder ser desplegados, luchar y vencer en un campo de batalla moderno contra un enemigo increíblemente letal”, señaló Murray el pasado 24 de agosto, durante la ceremonia de inauguración del nuevo mando.

Desde hace meses el Departamento de Defensa venía expresando su preocupación ante la posibilidad de que los ajustes presupuestarios de los últimos años acaben mermando la capacidad militar estadounidense en un momento crítico en el que otros países están aumentando su inversión. “En el pasado hemos estado centrados en la guerra actual, mientras que algunos de nuestros adversarios nucleares, como Rusia y China -o en menor medida Corea del Norte e Irán- estaban mirando al futuro”, sopesó Seiber en el transcurso de la entrevista telefónica.

A pesar de que las tropas estadounidenses continúan absortas en la llamada Guerra contra el Terror en países como Afganistán, Irak, Siria o Níger, la nueva Estrategia de Defensa Nacional establece que la prioridad del Pentágono deben ser China y Rusia, que están invirtiendo en dos nuevos escenarios bélicos: el espacial y el cibernético.

La formación de este nuevo mando, explicó Seiber, supone la primera reorganización formal del Ejército desde hace 45 años, es decir, desde 1973, cuando tras el varapalo sufrido en Vietnam, el Pentágono se percató de que no era posible seguir combatiendo como en tiempos de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945). Esa decisión fue la semilla que acabó dando algunos frutos, como son los helicópteros Black Hawk o el sistema de misiles Patriot.

Robótica La cuestión que se plantea Washington ahora es cuáles podrían ser los nuevos elementos que inclinen la balanza en el campo de batalla. “Existen seis prioridades que se han planteado en esta modernización: precisión en el disparo de largo alcance, desarrollo de vehículos de combate de nueva generación, plataformas de alzamiento vertical, formación de un ejército más móvil y expeditivo, sistemas de defensa aérea y de misiles, y un soldado más letal”, enumeró Seiber.

Durante la ceremonia de inauguración de la nueva unidad, el general Mark Milley, jefe del Estado Mayor del Ejército, subrayó además la importancia de campos como la robótica y la inteligencia artificial, en los cuales el sector privado y el mundo académico pueden resultar determinantes. “Sabemos que existen una multitud de tecnologías emergentes que van a tener, nos guste o no, un impacto en cómo se llevan a cabo las operaciones militares. Y va a ser este comando el que determine la victoria... o la derrota”, concluyó Milley.