Managua - El Gobierno de Nicaragua informó ayer de que ha dado por “concluida” y “finaliza la visita” de la Oficina Regional para América Central del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH), al “cesar las razones” que dieron origen” a su invitación. “Este Ministerio comunica que da por concluida la invitación la invitación y finalizada la visita”, señaló el canciller nicaragüense, Denis Moncada, en una carta dirigida a la representante regional para América Central del Acnudh, Marlene Alejos, y divulgada ayer por el Ejecutivo.

La misión de la ACNUDH llegó a Nicaragua en junio pasado para conocer de la crisis sociopolítica que estalló en abril y el miércoles pasado emitió un informe en que denunció el “alto grado de represión” de las protestas contra el Gobierno, en las que se han registrado “más de 300 muertos y 2.000 heridos”.

El Gobierno explicó que el 19 de junio pasado hizo una invitación a la Oficina Regional para América Central del ACNUDH “con el propósito de que diera acompañamiento a la Comisión de Verificación y Seguridad creada en el marco del Diálogo Nacional, con el fin de asegurar el desmantelamiento de los tranques” o bloqueos en las vías. “Por lo tanto, consideramos que han cesado las razones, las causas y condiciones que dieron origen a dicha invitación”, indicó el jefe de la diplomacia nicaragüense en la misiva.

Previamente la presidenta del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (CENIDH), Vilma Núñez, había informado de que el Gobierno había expulsado a esa delegación de la ONU y calificó de “inaudita” la decisión del Gobierno de Ortega.

La decisión fue tomada un día después que la ACNUDH emitiera un informe sobre la crisis que atraviesa Nicaragua y en la que señala al Estado como principal responsable de graves violaciones a los derechos de quienes participan en las manifestaciones contra el presidente Daniel Ortega, incluidas ejecuciones extrajudiciales.

En ese informe, acusa al Gobierno de Ortega de “uso desproporcionado de la fuerza por parte la policía, que a veces se tradujo en ejecuciones extrajudiciales, desapariciones forzadas, y obstrucción del acceso a la atención médica”, entre otras violaciones a los derechos humanos, contra cualquier persona que opine distinto al Ejecutivo.

También denuncia “la grave crisis de derechos humanos desde inicios de la protesta”, el pasado 18 de abril, que “se ha caracterizado por múltiples formas de violencia y de represión, que ha dejado al menos 300 muertos y 2.000 heridos o afectados”.

ACNUDH recomendó al Gobierno poner fin al acoso, hostigamiento, intimidación y criminalización de las personas asociadas a las protestas, desmantelar y desarmar a los elementos armados progubernamentales, parar las detenciones arbitrarias, y liberar a los manifestantes.

En un documento de respuesta, el Ejecutivo rechazó “de manera integral el denominado informe presentado por la ACNUDH, por considerarlo subjetivo, sesgado, prejuiciado y notoriamente parcializado, redactado bajo la influencia de sectores vinculados a la oposición y ausente del debido cuidado en su redacción de manera objetiva”.

Además, consideró que ese organismo se extralimitó en sus funciones y que la crisis se debe a un golpe de Estado.

Al respecto, el coordinador de la misión de la ACNUDH, Guillermo Fernández Maldonado, dijo que no han encontrado indicios que ratifiquen esa versión gubernamental. Ese mismo día Ortega criticó ese informe al asegurar que “ya nadie cree” en los organismos humanitarios internacionales, incluido el de la ONU, porque, a su juicio, “son instrumentos de la política del terror, de la muerte, de la mentira, de la infamia”. - Efe

ACNUDH. La oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH) anunció ayer que hará un seguimiento en la distancia de Nicaragua, después de que el Gobierno expulsara a una misión suya por denunciar el “alto grado de represión” de las protestas contra el presidente Daniel Ortega.

300 muertos y 2.000 heridos. La misión de la ACNUDH, coordinada por el peruano Guillermo Fernández Maldonado, llegó a Nicaragua en junio pasado para conocer de la crisis sociopolítica que, según el informe que emitió el pasado miércoles en Ginebra, ha dejado “más de 300 muertos y 2.000 heridos”.

Informe de la ONU. El informe señaló al Gobierno de Nicaragua por el “uso desproporcionado de la fuerza por parte de la Policía, que a veces se tradujo en ejecuciones extrajudiciales, desapariciones forzadas, y obstrucción del acceso a la atención médica”, entre otras violaciones.