Estambul - El destino de la región siria de Idleb, el último refugio de la oposición siria, ha dominado el encuentro de ayer en Ankara entre los ministros de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, y turco, Mevlüt Çavusoglu. Turquía y Rusia, junto a Irán, cooperan en el llamado proceso de Astaná para lograr una solución negociada al conflicto en Siria, pese a que Moscú y Teherán respaldan al régimen de Bachar al Asad, mientras que Ankara apoya a las milicias alzadas contra Damasco.

Rusia y Siria han dado por concluida la ofensiva en el suroeste del país árabe y han señalado como próximo objetivo Idleb, provincia norteña fronteriza con Turquía donde hay desplegadas también tropas turcas. En el encuentro de ayer en Ankara, Lavrov señaló que la situación de Idleb es más complicada que en otras zonas, especialmente por la agresividad del islamista Frente Al Nusra -antigua denominación de la filial siria de Al Qaeda- y defendió el derecho del Ejército sirio a combatirlo.

“El Ejército sirio tiene todo el derecho de reprimir al Frente al Nusra en Idleb. Está en su propia tierra y combate por su independencia, contra los terroristas. Nosotros le damos apoyo en esas acciones de acuerdo al derecho internacional”, dijo en una rueda de prensa conjunta con Çavusoglu, retransmitida por el canal CNNTürk.

El ministro ruso reiteró que Damasco puede combatir en Idleb pese a ser una zona de distensión bajo responsabilidad de Ankara y advirtió de que los países que protegen a los rebeldes, entre los que está Turquía, no saben distinguir entre la oposición moderada y los yihadistas. “Es clave la incapacidad crónica de separar a las unidades patrióticas de la oposición armada terrorista”, apuntó. - L. Villalón