Roma/París - Las críticas de Francia a Italia por el rechazo de Roma al barco Aquarius con 630 inmigrantes indocumentados ha tensado las relaciones entre los dos socios europeos, llevado a la convocatoria del embajador galo y a la anulación de la visita a París del ministro italiano de Economía. El Gobierno que preside Giuseppe Conte exigió ayer disculpas inmediatas a Francia tras esas críticas por su gestión sobre el Aquarius, una situación que de momento ya ha provocado que el ministro de Economía italiano, Giovanni Tria, cancelara ayer una reunión en París con su homólogo galo, Bruno Le Maire.
En Roma, el vicepresidente del Gobierno y ministro del Interior, Matteo Salvini, exigió a Francia que se disculpe, después de que el presidente francés, Emmanuel Macron, acusara a Italia de “cinismo” por no dejar desembarcar en sus puertos al Aquarius, con 630 personas a bordo rescatadas en el Mediterráneo y que ahora se dirige a Valencia.
“Francia ha rechazado a 10.249” “Que Macron pase de las palabras a los hechos y que mañana por la mañana acoja a 9.000 inmigrantes que se había comprometido a recibir (...) Francia nos dice que somos cínicos pero desde el 1 de enero al 31 de mayo ha rechazado a 10.249 personas”, dijo Salvini en el Senado.
“Si los franceses tienen la humildad de pedir disculpas, volvemos a ser amigos y se trabaja como antes, juntos. Pero no aceptamos insultos procedentes de quienes practican devoluciones y cierran los puertos”, añadió. Además de la cancelación de la reunión programada de Tría con Le Maire, el ministro de Exteriores italiano, Enzo Moavero Milanesi, conversó en Roma con la diplomática francesa Claire Anne Raulin, ya que el embajador francés en Italia, Christian Masset, estaba ausente. Conte, que preside un Gobierno formado por el Movimiento Cinco Estrellas (M5S) y la Liga, mantiene de momento el encuentro previsto con Macron para el viernes, dijeron fuentes oficiales, aunque Salvini aseguró que entendería perfectamente que lo suspendiera. “Conte está totalmente legitimado para no ir a Francia. Frente a una situación como ésta de un país amigo hay razones más que fundadas para tomar esta decisión”, dijo.
Italia rechazó el pasado domingo que el Aquarius, de la ONG francesa SOS Méditerranée, desembarcara en puerto italiano, una decisión criticada por Macron, que acusó a Italia de “cinismo”.
Moavero, el ministro de Exteriores, explicó ayer a Raulin que el Gobierno italiano comprende que “incluso un Estado amigo y aliado pueda estar en desacuerdo con las posiciones de otro Estado”, pero le advirtió de que estas desavenencias “deben expresarse en modo y formas coherentes con esta relación de amistad”.
También dijo que esas declaraciones “comprometen las relaciones entre Italia y Francia” y recordó que su país ha pedido en reiteradas ocasiones a la Unión Europea una respuesta conjunta a la crisis migratoria. Italia ha “denunciado públicamente la insostenibilidad de la situación actual”, apuntó el ministro, y también ha solicitado en diversas ocasiones a Francia “ayuda para proporcionar la necesaria asistencia a los migrantes”, según un comunicado oficial.
Respuesta de Macron El Elíseo, por su parte, aseguró que no ha recibido ninguna petición oficial de disculpas por parte de la presidencia del Consejo italiano, y pidió no “dejarse llevar por la emoción que algunos manipulan”. “Quién sería yo si diera la razón al que provoca y busca la provocación, que viene a decir: ‘Soy más fuerte que los demócratas y echo un barco que veo que se acerca a mis costas’”, dijo Macron. “Si le doy la razón, ¿ayudo a los demócratas? No olvidemos quién nos ha hablado. Porque conocemos a los mismos”, apuntó en alusión a la extrema derecha francesa.
Para Macron la respuesta está en acometer “una política de desarrollo, de seguridad, de desmantelamiento de las redes de traficantes en África”, una política común de asilo y de solidaridad “dentro y fuera de nuestras fronteras”.
Tras las declaraciones cruzadas en las últimas horas, Francia, que lamentó la cancelación de la visita de Tria, intenta calmar los ánimos subrayando su voluntad de cooperación con Roma en materia migratoria.
Mientras, el Aquarius emprendió su viaje rumbo a Valencia, un trayecto que la ONG espera terminar el sábado por la noche, y en el que a bordo del barco quedan ya solo 106 inmigrantes, ya que los otros 524 viajan repartidos en la nave Orione de la Marina italiana y en la Dattilo de los guardacostas.
El viceprimer ministro y ministro del Interior italiano, Matteo Salvini, daba por “bien gastado” el dinero que le cueste a las arcas italianas el acompañar con dos barcos al Aquarius en su travesía hasta el puerto de Valencia si con ello se consigue que la Unión Europea sea “partícipe” en el problema migratorio. Matteo Salvini reconoció a preguntas de los periodistas que por el momento desconoce el coste que supondrá el que un buque de la Marina y otro de la Guardia Costera italiana acompañen al Aquarius hasta el puerto de Valencia, donde está previsto que lleguen el sábado.
Los dos buques italianos han subido a bordo a buena parte de los migrantes que se encontraban en el barco de rescate gestionado por Médicos Sin Fronteras (MSF) y SOS Mediterranée. “El coste que me interesa limitar es el de vidas humanas”, aseguró el líder de la Liga. - Efe