Londres - El ministro de EEUUteriores británico, Boris Johnson, confirmó ayer que Reino Unido y sus aliados no tienen sobre la mesa ningún plan para llevar a cabo más ataques contra el gobierno de Bashar al-Asad, pero advirtió de que estudiarán las “opciones” disponibles si hay un nuevo ataque químico en Siria, mientras el debate sobre la legalidad y eficacia de los bombardeos continúa en la isla.
“Gracias a Dios, el régimen de Al Asad no ha sido tan tonto como para lanzar otro ataque con armas químicas”, explicó el conservador en una entrevista en la BBC, añadiendo que los tres países detrás del ataque aéreo no tenían como objetivo derrocar al presidente Bashar Al-Asad o intervenir en la guerra civil que se ha prolongado siete años.
Para el controvertido ministro, los ataques aéreos en Siria fueron una forma de decir que el uso de armas químicas es “suficiente”, y reconoció que la acción cometida por Estados Unidos, Francia y Reino Unido “no cambiará la situación”, pero como espera que sirva de impedimento para que haya más ataques químicos “bárbaros”.
Johnson también publicó una contundente columna de opinión en el diario conservador The Telegraph que llevó por título “Los ataques aéreos no terminarán con la barbarie enfermiza en Siria, pero muestran que defendemos los principios y valores civilizados”, en el que justifica el ataque contra tres instalaciones en Siria relacionadas con un supuesto programa clandestino de armas químicas.
El jefe de la diplomacia británica tiene claro que el ataque es exclusivamente sobre “si el mundo debería tolerar el uso repetido de armas químicas y el sufrimiento humano que causan” y recuerda como han pasado casi 100 años desde el gran tratado posterior a la Primera Guerra Mundial que prohibió el uso de armas químicas.
Frente a las críticas recibidas desde los partidos de oposición por la falta de una votación parlamentaria antes de ponerse en marcha los ataques aéreos, Johnson prometió a los diputados que “tendrían voz y voto” cuando la primera ministra, Theresa May, realice una declaración en el parlamento mañana.
El líder laborista Jeremy Corbyn volvió a cuestionar la legalidad de la acción en una entrevista en la BBC y agregó que solo apoyaría acciones respaldadas por el Consejo de Seguridad de la ONU: “Le preguntó al ministro de Relaciones Exteriores y a la primera ministra: ¿cuál es la base legal para esto?”.