Bruselas - Tres de cada cuatro ciudadanos de Latinoamérica tienen poca o ninguna confianza en su Gobierno y cerca del 80% asegura que la corrupción en el continente es generalizada, según el informe Repensar las Instituciones para el Desarrollo, presentado ayer en Bruselas. El estudio, elaborado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) y el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF), advierte de que la creciente desconfianza de los ciudadanos en sus instituciones y en los servicios públicos que reciben “erosiona el contrato social”. La desafección de los ciudadanos latinoamericanos hacia sus instituciones se debe, principalmente, a la falta de empleo de calidad y a una peor valoración de servicios públicos esenciales como la sanidad o la educación.
Por ejemplo, el porcentaje de población que se mostró satisfecha con el sistema educativo cayó del 63% en 2006 al 56% en 2016, mientras que la satisfacción con los servicios sanitarios lo hizo del 57% al 41% en el mismo periodo. Una situación que, según las tres instituciones, debe solucionarse mediante la “generación de confianza”. “Los ciudadanos se dirigen a servicios públicos y no salen satisfechos. La demanda y la oferta no encajan y esto genera frustración y debilita el contrato social, provocando que haya gente que salga del sistema”, expuso el director del Centro de Desarrollo de la OCDE, el italiano Mario Pezzini.
“menos recursos” El informe revela que el número de familias que se muestran partidarias de no pagar impuestos ha crecido del 45% al 52% en los últimos siete años, algo que afecta directamente a los servicios públicos. “Si las familias no pagan impuestos hay menos recursos para mejorar los servicios. Es un círculo vicioso”, agregó Pezzini.
En el mismo sentido se pronunció el responsable de asuntos económicos del Servicio de Acción Exterior de la UE, Christian Leffler, quien indicó la necesidad de recuperar la confianza del ciudadano en que sus impuestos se utilizarán de forma eficaz. “Un país donde el Gobierno tiene miedo de su sociedad no funciona. Hay que dialogar y explicar qué funciona y también escuchar para saber qué no funciona”, enfatizó. - Efe