Brasilia - El expresidente brasileño Luiz Inacio Lula da Silva, convocado a presentarse ayer, a las diez de la noche (hora en Euskadi), para comenzar a cumplir una pena de 12 años de cárcel, seguía ayer, al cierre de esta edición, acuartelado en un sindicato de Sao Paulo, agotando así el plazo en que debería haberse entregado ante la justicia brasileña.

Lula se refugió durante la noche del jueves y toda jornada de ayer en la sede del Sindicato de Metalúrgicos de la ciudad paulista de Sao Bernardo do Campo, donde hace casi cinco décadas comenzó su vida política y al que llegó la tarde del jueves, después de que fuera dictada la orden de captura en su contra.

El exmandatario fue condenado por corrupción pasiva y lavado de dinero y permanecía en la sede del sindicato junto a dirigentes del Partido de los Trabajadores (PT) y de movimientos sociales, y ante el que se congregaron ayer cientos de personas para expresarle apoyo.

Desde primera hora de la mañana, fuentes del PT y otros allegados a Lula conjeturaban desde que el expresidente brasileño no pretendía entregarse a la justicia hasta que lo haría al límite del plazo fijado, en contradictorias declaraciones que fueron creando un clima de cierta tensión en Sao Bernardo do Campo.

Lula, acompañado por sus hijos, pasó la noche del jueves recibiendo a amigos y simpatizantes. Poco después de las 2.00 de la madrugada se trasladó a la sala presidencial del sindicato y a las 7.00 volvió a conversar con los suyos, animado e incluso bromeando, según su entorno. Puertas afuera, el expresidente se dejó ver poco y en un momento de la noche se asomó a una ventana, desde donde saludó a la militancia que se concentró a las puertas del sindicato para respaldar al principal símbolo de la izquierda brasileña. “Comencé mi militancia en el Partido de los Trabajadores y considero a Lula mi líder. Él representa esperanza, educación, salud, generación de empleo. Es un divisor de aguas en la historia de este país”, dijo a Efe Solange Kaziyama.

Para Marilda Pereira, vendedora ambulante, Lula (2003-2010) representaba el “Gobierno del pueblo” “Me gustaría que él volviera, porque hay que dar oportunidades al pueblo también”, dijo Pereira.

Lula recibió a grupos de militantes en el interior del sindicato de los metalúrgicos, pero no se dirigió públicamente a sus partidarios, algunos de los cuales expresaban su desánimo en las calles ante la falta de noticias del exobrero metalúrgico en Sao Bernardo do Campo.

Allí, el extornero mecánico lideró una huelga en 1980 que le condujo a prisión durante 31 días, pero que también reveló el animal político en el que Lula se convirtió años después, llegando a ser considerado como uno de los presidentes más populares del mundo. Esta localidad de clase media situada en el cinturón industrial de Sao Paulo, donde vive, también se ha convertido en su fortín en los últimos meses, a medida que el cerco judicial se ha ido estrechando sobre él.

Por su parte, el juez federal Sergio Moro, responsable en primera instancia de los procesos vinculados a las corruptelas en Petrobras, en el marco de los cuales ha sido condenado Lula, dictó el jueves un auto de detención que debía ser cumplido por la Policía Federal si Lula no se entregaba.

Sin embargo, según las normas en vigor en Brasil, una orden de captura sólo puede ser cumplida entre las seis de la mañana y las seis de la tarde, hora brasileña, con lo que si Lula finalmente no se entregaba dentro de ese plazo exigido, las autoridades pasarían a tener un plazo de una hora para arrestarle.

Jorge Chastalo Filho, jefe del equipo de custodia y escolta de la Policía Federal de Curitiba, donde debe presentare Lula, declaró que la entrega puede ser en esa ciudad o incluso en Sao Paulo, caso en que sería trasladado en un avión policial, que le ha sido ofrecido. El funcionario no aclaró qué actitud tomaría la policía si Lula se resistía y no se entregara dentro del plazo fijado. “Ejecutaremos el mandato en el momento más oportuno”, declaró el agente, sin más aclaraciones.

Defensa de última hora La defensa del expresidente brasileño y decenas de organismos de la sociedad civil y ciudadanos abarrotaron ayer los tribunales con acciones que intentaban impedir a última hora su inminente ingreso en prisión.

La mayoría de los recursos, incluido el de mayor peso, formulado por la propia defensa del exmandatario, fueron presentados ante el Superior Tribunal de Justicia (STJ), y la profusión de acciones fue tal que causó confusiones, hasta entre los abogados de Lula. José Paulo Sepúlveda Pertence, uno de los miembros del equipo que defiende al expresidente brasileño, llegó a confirmar que la acción presentada ayer ante ese tribunal había sido negada, pero luego rectificó, pues en realidad se trataba de otra demanda. Sin embargo, la propia defensa de Lula aclaró luego que “esa información estaba incorrecta”, pues el recurso aún no ha sido juzgado. Finalmente, a una hora de cumplirse el plazo, fue rechazada por el juez. - Efe