París - Los representantes nacionalistas al frente de las instituciones de la isla de Córcega (Francia) se mostraron ayer moderadamente optimistas tras reunirse en París con el Gobierno francés, que abrió la puerta a tratar sus reivindicaciones con un “enfoque global”. El Ejecutivo dejó entrever a los responsables corsos -según la interpretación de éstos- la posibilidad de que la reforma constitucional que prepara para recoger la especificidad de la isla abra las puertas a un estatuto de autonomía. “Ha habido avances, aunque hay que ser prudentes”, señaló a la prensa el presidente del Ejecutivo corso, el autonomista Gilles Simeoni, a la salida del encuentro con la ministra delegada de Interior, Jacqueline Gourault, encargada de gestionar la cuestión de Córcega.
Gourault dijo que había dado por bueno el análisis transmitido por la delegación corsa (integrada por diputados, senadores, alcaldes y miembros de la Asamblea regional) de que la adaptación caso por caso de las leyes francesas a las peculiaridades corsas no había funcionado y que hacía falta un enfoque global. Para Simeoni, eso refrenda su posición de que es necesario “un estatuto de autonomía de pleno derecho” que debería aparecer explícitamente en la reforma constitucional que el Gobierno francés tiene intención de presentar en el plazo de un mes.
La ministra, que subrayó el ambiente “constructivo” de la reunión, confirmó la voluntad manifestada por el presidente de Francia, Emmanuel Macron, durante su visita a Córcega la semana pasada de que la especificidad de la isla figure en la Carta Magna.
Añadió que el objetivo es que esa reforma “responda a las esperanzas de los corsos y que a su vez se inserte en el Derecho francés y europeo”. Simeoni, que en coalición con el independentista Jean-Guy Talamoni arrasó en las elecciones regionales de diciembre, se mostró optimista por que Gourault haya aceptado la transferencia de competencias con carácter permanente y global, aún sin aludir de forma explícita al estatuto de autonomía. Pero insistió en ser “prudente” porque el discurso de Macron en Córcega -donde rechazó reivindicaciones de los nacionalistas como la cooficialidad de la lengua corsa, un estatuto de residente o la amnistía para los condenados por terrorismo- “no estuvo a la altura de los retos ni de las esperanzas de la mayoría de los corsos”. - Efe