El político norirlandés Gerry Adams abandonó ayer de forma oficial la presidencia del Sinn Fein tras más de 34 años en el cargo, en los que pasó de defender la lucha armada del ya inactivo Ejército Republicano Irlandés (IRA, según sus siglas en inglés) a involucrar a todo el movimiento nacionalista en el proceso de paz. Durante sus más de tres décadas al frente del partido -tomó las riendas del Sinn Fein en 1983-, se convirtió en el rostro más conocido del proceso de paz en Irlanda y en una figura que aún provoca emociones encontradas. Admirado por sus seguidores republicanos y denostado por los unionistas-protestantes, Adams es una figura trascendental, cuya influencia y carisma ayudaron a conseguir la firma del histórico acuerdo del Viernes Santo en 1998.
En una asamblea extraordinaria celebrada en Dublín a la que asistieron cerca de 1.500 militantes del partido, Mary Lou McDonald, de 48 años, representante de una generación de políticos republicanos sin conexiones directas con la lucha armada, fue confirmada como nueva líder de la tercera fuerza en Irlanda. Adams, de 69 años, anunció el pasado noviembre su intención de pasar el testigo después de dirigir durante más de tres décadas el Sinn Fein junto a Martin McGuinness, exministro principal norirlandés y exmiembro del IRA al comienzo del conflicto. Este relevo general comenzó el pasado año tras la retirada en enero de 2017 de McGuinness, que falleció dos meses después y fue reemplazado al frente de la formación en el norte de Irlanda por Michelle O’Neill.
Adams también ha indicado que no se presentará a las próximas elecciones al Parlamento dublinés -previstas para 2021-, donde tiene un escaño desde 2011. Asimismo, el presidente saliente ha descartado presentarse a los próximos comicios a la presidencia de la República de Irlanda, un cargo principalmente representativo aunque su anhelo, según sus biógrafos, siempre ha sido acabar su carrera como jefe de un Estado irlandés reunificado, el objetivo histórico del Sinn Fein.
A diferencia de McGuinness, Adams siempre ha negado su pertenencia al IRA, pero ambos lograron transformar al Sinn Féin, primero, en una formación comprometida con la vía democrática e incluir, después, al IRA en el proceso de paz, con gestos históricos como su desarme. Adams da el relevo a McDonald en un momento clave para el movimiento republicano tanto en el sur como en el norte de la isla. El Sinn Fein, tercera formación en la República de Irlanda, busca, con la nueva presidenta, aumentar su base electoral en el sur, donde el pasado violento del IRA aún le resta votos entre un sector de la ciudadanía. En Irlanda del Norte, una grave crisis política mantiene interrumpido el Ejecutivo de poder compartido entre protestantes y católicos desde enero de 2017, una parálisis que podría obligar al Reino Unido a suspender indefinidamente la autonomía y gobernar la región directamente desde Londres.
Aclamado Adams fue aclamado ayer por los suyos en un acto en el que el principal discurso lo ofreció McDonald, la única candidata que se presentó en enero a las primarias de la formación. La nueva presidenta indicó que su objetivo es “ganar elecciones” y “consumar la ambición de estar en el Gobierno, tanto en el norte como en el sur” de la frontera entre la República de Irlanda e Irlanda del Norte. Al abordar sus planes para avanzar hacia esa unificación, McDonald aseguró que “la guerra se ha terminado”. “No tenemos que estar de acuerdo sobre el pasado. Solo debemos estar de acuerdo en que el pasado nunca más se debe repetir. En el resto de asuntos, podemos estar en desacuerdo”, esgrimió la exdiputada del Parlamento Europeo, entre 2004 y 2009.
McDonald alertó de que la futura salida del Reino Unido de la Unión Europea pone en peligro “veinte años de progreso a base de duro trabajo”. “No se puede imponer una frontera en la isla de Irlanda. Irlanda no será el daño colateral en el juego político de los ‘tories’ (Partido Conservador) en Londres”, afirmó.
Adams, por su parte, aseguró en declaraciones a los medios la víspera de la asamblea que no le preocupa el juicio de la historia sobre su carrera. “Siempre he intentado hacer mi trabajo de la mejor manera posible. Eso es todo lo que uno puede hacer”, resaltó el hasta ahora líder del Sinn Fein. “Lamento el hecho de que la gente fuera asesinada, sobre todo aquellos a los que mató el IRA. Por supuesto que lo lamento. Todas las víctimas y sus familias merecen conocer la verdad y obtener justicia”, dijo el exdirigente en el texto con el que se despidió de su carrera política. - Efe