Washington - Al día siguiente de generar un enorme revuelo con la autorización de la publicación de un polémico informe republicano, el presidente estadounidense, Donald Trump, aseguró ayer que éste le “defiende totalmente” a la vez que cargó contra “la Caza de Brujas” de la investigación sobre la trama rusa. “Este informe defiende totalmente a Trump en la investigación. Pero la Caza de Brujas rusa sigue y sigue”, afirmó el presidente en su cuenta de Twitter, antes de llegar a su club de golf de Palm Beach (Florida), donde pasa el fin de semana de descanso.

El informe, que Trump desclasificó pese a la advertencia del FBI de que contenía “omisiones de hechos materiales” que comprometían su “exactitud”, acusa a esta agencia federal y al Departamento de Justicia de parcialidad. Trump recalcó que “no hubo complot ni obstrucción (la palabra utilizada ahora porque, tras un año de mirar sin fin y no encontrar nada, complot está muerta)”. “Esto es una desgracia estadounidense”, zanjó.

El viernes, horas antes de darse a conocer el informe, Trump dijo que “los altos cargos e investigadores del FBI y el Departamento de Justicia han politizado el sagrado proceso de investigación a favor de los Demócratas y contra los Republicanos”.

La autoría del texto corresponde al equipo del congresista republicano Devin Nunes, un aliado de Trump que preside el Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes, que denuncia supuestos abusos en el procedimiento que siguió el FBI para poder vigilar las comunicaciones de Carter Page, quien en 2016 fue asesor de la campaña electoral del ahora presidente.

Indignación demócrata El informe de Nunes ha generado indignación entre la oposición demócrata, al señalar que busca desacreditar la investigación que lleva el fiscal general Robert Mueller III sobre la presunta injerencia rusa en las elecciones presidenciales de 2016 para favorecer al actual inquilino de la Casa Blanca frente a su rival demócrata Hillary Clinton.

En este sentido, la líder de la minoría demócrata en la Cámara, Nancy Pelosi, subrayó que “el presidente Trump ha entregado su responsabilidad constitucional de Comandante Jefe al divulgar información de inteligencia altamente clasificada y distorsionada”. “Al no proteger las fuentes y métodos de inteligencia, ha enviado a su amigo Putin un ramo de flores”, indicó Pelosi.

También la comunidad de inteligencia ha marcado distancia, y en un gesto poco habitual, el director del FBI, Christopher Wray, designado por el propio Trump, remarcó en una carta a sus empleados que seguirá defendiendo “su integridad y profesionalidad todos los días”.

Por su parte, la Asociación de Agentes de esa agencia subrayó que “no permitirán” que “políticas partidistas” les distraigan de su compromiso con el país. Incluso el senador republicano John McCain, muy crítico con Trump, advirtió que “nuestros funcionarios electos, incluido el Presidente, deben dejar de ver esta investigación a través de las lentes deformadas de la política (...) Si continuamos socavando nuestro propio estado de derecho, le estamos haciendo el trabajo a Putin”.

Para añadir aún más tensión y confusión, el secretario de Justicia, Jeff Sessions, que no tiene poder sobre la investigación rusa porque decidió inhibirse de las decisiones sobre el tema, pero cuyo Departamento supervisa al FBI, dijo que la agencia que dirige “no es perfecta”. La inhibición de Sessions se produjo precisamente tras conocerse que había sostenido varios encuentros en 2016 con el entonces embajador ruso en Washington, Sergei Kyslyak, cuando formaba parte de la campaña presidencial de Trump.

Hasta el momento, la investigación de Mueller sobre la trama rusa ha llevado al enjuiciamiento de cuatro personas relacionadas con el actual mandatario: su exasesor de seguridad en la Casa Blanca, Michael Flynn; su exjefe de campaña, Paul Manafort; su “número dos” en la campaña, Rick Gates; y otro exasesor, George Papadopoulos, que trabajó para el magnate durante las elecciones.