Ramala - Los palestinos secundaron masivamente ayer la huelga general convocada en Cisjordania en protesta por la visita del vicepresidente de EEUU, Mike Pence, quien anunció el traslado de la embajada de su país a Jerusalén para finales de 2019. Los comercios no abrieron ayer y se limitó el servicio de transportes en el territorio ocupado palestino, aunque se mantuvieron abiertas las escuelas a petición del Ministerio de Educación, pero con las aulas vacías por la imposibilidad de trasladarse.

Las diferentes facciones palestinas también convocaron una jornada de protestas, que comenzó el lunes en algunas ciudades cisjordanas, donde se quemaron y pisotearon fotografías con el rostro de Pence.

Durante la mañana de ayer, sin embargo, apenas hubo seguimiento por la amenaza de lluvia. Por la noche se concentraron en la plaza de Yaser Arafat, en Ramala.

El seguimiento en Jerusalén Este, la parte ocupada por Israel, fue discreto y tan solo permanecieron cerrados algunos comercios de barrios palestinos aledaños a la Ciudad Vieja de Jerusalén y algunas de las estrechas calles en la ciudad amurallada. “Una huelga no cambia nada. Esto es solo una cuestión política y quien sufre es la gente. Tenemos muchos problemas. En Cisjordania la huelga es útil pero no en Jerusalén”, declaró el palestino Aram Shuq, propietario de un comercio junto a la Puerta de Damasco.

El miembro del Comité Central de Al Fatah, Jamal Muheisen, declaró en la radio Voz de Palestina que la huelga tiene como objeto “protestar por el reconocimiento de Trump de Jerusalén como la capital de Israel” y también “activar la resistencia popular no violenta”. - Efe