Estrasburgo - El primer ministro de Irlanda, Leo Varadkar, agradeció ayer la “ayuda y solidaridad” de los socios europeos durante la negociación del Brexit, del que Irlanda es el principal afectado por su geografía e historia. “Agradecemos la ayuda y solidaridad prestada durante la negociación para el Brexit”, dijo en un debate en la Eurocámara sobre el futuro de la Unión Europea (UE) en el que dejó clara la vocación europeísta irlandesa y concretó algunas de sus inquietudes. Dublín ha expresado desde el principio de las negociaciones su preocupación por que no se establezca una nueva frontera física entre Irlanda del Norte e Irlanda, por que se respeten los acuerdos del Viernes Santo alcanzados en 1998 y porque no se afecten su mercado interior y la unión aduanera. “Seguiremos pendientes de las negociaciones y continuaremos confiando en el apoyo recibido para asegurar que las teorías también se llevan a la práctica. No puede haber marcha atrás”, señaló.

El jefe del Gobierno de Irlanda añadió que “es importante que los compromisos aparezcan en el texto legal de los acuerdos de salida y de las relaciones futuras con Reino Unido, cualquiera que sea el formato final” y mostró su “esperanza” en que se aclaren algunas cuestiones “con profundidad”.

Varadkar ensalzó la importancia de pertenecer al bloque comunitario en un mundo globalizado con retos como la economía digital o la defensa, incluso cuando el euroescéptico diputado británico Nigel Farage (UKIP) le echó en cara que pusiera a Europa por encima de los intereses de los agricultores irlandeses. Una de las viejas reivindicaciones de los partidarios del Brexit hace referencia a la política agraria común (PAC), que implica dar ayudas a agricultores de otros países de la UE a pesar de la importancia del sector tanto en Reino Unido como en Irlanda.

Varadkar reconoció que hasta ahora el 70% de los intercambios comerciales en Europa son con Reino Unido y un 30% con el resto de la UE, pero aun así dijo “no querer elegir uno u otro, sino el 100%”.

Las palabras en defensa del proyecto europeo fueron aplaudidas tanto por el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, como por los principales grupos parlamentarios del hemiciclo europeo.

El líder de los liberales europeos, Guy Verhofstadt, señaló que el resto de la UE “puede aprender mucho de Irlanda”, un país cuya economía ha remontado “en parte gracias a la inmigración del resto del mundo y de la propia Europa”. “Irlanda ya no es una nación de emigrantes, es un país de destino. Una nación proeuropea donde a veces surgen voces críticas pero siempre constructivas, y eso es lo que necesitamos”, añadió.

Por su parte, el eurodiputado socialdemócrata Jeppe Kofod sacó a relucir la reivindicación europeísta del impuesto de sociedades armonizado, un gravamen que es en Irlanda el más bajo de la UE, lo que hace que tengan allí sede europea muchas multinacionales, especialmente las tecnológicas.

Sobre la posibilidad de la reversibilidad del Brexit, a la que han abierto la puerta tanto Juncker como el presidente del Consejo, Donald Tusk, Varadkar prefirió no comentar el asunto directamente, si bien dijo que trabajaría “todo lo posible” por evitar la salida de Reino Unido de la UE.

“No me gustan las fronteras”, añadió. Tampoco se pronunció al ser preguntado tras el debate por los periodistas sobre si considera adecuada la celebración de un segundo referéndum del Brexit en Reino Unido quiso contestar más allá de señalar que es un asunto que corresponde decidir a los británicos.

En contra de esa “segunda vuelta” sobre el Brexit se pronunció el propio Farage, a pesar de que hace solo unos días no cerraba la puerta a aceptar un segundo referéndum.

la ley del ‘brexit’, a los lores El proyecto de ley con el que el Reino Unido materializará su salida de la UE recibió ayer luz verde en la Cámara de los Comunes y afronta ahora una nueva batalla en la Cámara de los Lores, donde los conservadores euroescépticos no tienen la mayoría. Por 324 votos a favor y 295 en contra, la Cámara Baja dio el visto bueno a una norma que comenzó a tramitarse en julio y ha puesto evidencia las grietas internas del Partido Conservador de la primera ministra, Theresa May, que se ha visto obligada a hacer diversas concesiones a diputados rebeldes de su propia formación.

La Cámara de los Lores, donde laboristas y liberaldemócratas suman más escaños que los tories, volverá a debatir a partir de finales de enero los aspectos más polémicos del texto y podría introducir modificaciones.- Efe