Santo Domingo - El Gobierno y la oposición de Venezuela reanudaron ayer la reunión que iniciaron el viernes en la capital dominicana de un nuevo intento de diálogo, que cuenta con la observación de varios cancilleres de América. Las conversaciones tienen lugar a puerta cerrada en la sede de la Cancillería, bajo el auspicio del presidente dominicano, Danilo Medina, y del expresidente del Gobierno español Rodríguez Zapatero.
Al término de la primera jornada, que se extendió el viernes más de ocho horas, Medina, el anfitrión del diálogo, dijo que las negociaciones transcurren en un clima “positivo” y que “van bien”. Antes del inicio de la segunda jornada del diálogo, el ministro venezolano de Comunicación y Cultura, Jorge Rodríguez, dijo que se avanzó “de manera determinante en algunos puntos que ya estaban previamente establecidos en la agenda de seis puntos
La oposición ha dicho que sus principales demandas en el diálogo son la apertura de un canal humanitario que permita el envío de medicinas y alimentos, un cambio en la composición del Consejo Electoral, la liberación de los encarcelados que consideran son “presos políticos” y la restitución de unos poderes constitucionales de los que fue despojado el Parlamento.
Mientras, el Gobierno venezolano exigirá en esta mesa “el cese inmediato de las agresiones económicas contra Venezuela”, según dijo ayer a la prensa Rodríguez.
A este diálogo -al que se oponen líderes antichavistas como María Corina Machado o Antonio Ledezma, que lo consideran una estrategia del Gobierno- acuden los partidos con más diputados de la oposición venezolana, con la esperanza de lograr garantías electorales de cara a los comicios presidenciales previstos para 2018. La delegación de la oposición la encabeza el jefe del Parlamento, Julio Borges, y también están representados sectores económicos y de la sociedad civil.
Chile, México y Paraguay son los países observadores del proceso a instancia de la oposición, mientras que Bolivia, Nicaragua y San Vicente y Granadinas son los invitados por el Gobierno de Nicolás Maduro. - Efe