Londres - Cuarenta diputados conservadores están dispuestos a firmar una carta de censura a la primera ministra británica, Theresa May, para forzar su salida por el malestar sobre las negociaciones del Brexit, señaló ayer The Sunday Times. El Gobierno de May está sumido en una crisis por la falta de avances en las conversaciones sobre la retirada del Reino Unido de la Unión Europea (UE) y el escándalo sobre casos de supuesto acoso sexual que salpican a algunos políticos conservadores, además de la reciente dimisión de Priti Patel como ministra de Cooperación Internacional debido a sus controvertidas reuniones no oficiales y no autorizadas con destacados miembros del Gobierno israelí.
De acuerdo con el dominical británico, 40 diputados tories, ocho menos de los necesarios para forzar una elección interna en el liderazgo del partido, se han unido para manifestar su descontento con la gestión de May, que quedó debilitada al perder la mayoría absoluta en las elecciones adelantadas del pasado junio. Además, la jefa del Gobierno afronta más problemas después de que políticos europeos advirtieran de que las negociaciones sobre el Brexit están en crisis y es posible que no se llegue a un acuerdo preliminar entre Londres y Bruselas el mes próximo, como se esperaba, dice el rotativo. Este acuerdo preliminar podría ser alcanzado el próximo mes de marzo.
Otro frente difícil que tiene May por delante será mañana martes cuando sea debatido en el Parlamento el proyecto de ley sobre la retirada del Reino Unido de la UE, que entrará en la fase de comités y los partidos podrán hacer enmiendas. Este proyecto, una vez aprobado, debe autorizar la salida británica del bloque europeo, prevista para el 29 de junio de 2019.
“Que gobierne o se marche” En medio de este contexto, el líder de la oposición laborista, Jeremy Corbyn, pidió ayer a May desde las páginas del citado dominical que “gobierne o se marche” puesto que, a su juicio, se están dando “todas las señales” de no tener el poder.
En un artículo, Corbyn afirma que May está en una situación muy débil como para negociar el Brexit y que la crisis en el Gobierno debilita la posición del Reino Unido en las negociaciones con el bloque europeo. “La continua incertidumbre sobre la actitud del Gobierno ante el Brexit es ahora el mayor riesgo que afronta nuestro país”, señala el político, y agrega que ella debe “terminar la confusión”.
Algunos diputados tories admiten en privado que May es ahora un problema ante el Brexit y están evaluando la posibilidad de que el partido necesite estar un periodo en la oposición. “Es una cosa horrible de decir, pero estamos más y más cerca del punto en que necesitamos un tiempo en la oposición para reagruparnos”, dijo un miembro del Gobierno cuyo nombre el dominical no menciona.
Londres y Bruselas han celebrado su sexta ronda de negociaciones sin que se hayan conseguido avances sobre los términos de la ruptura, lo que crea una gran incertidumbre para las empresas y para los comunitarios que viven en el Reino Unido.
Bruselas prepara un plan b Por su parte, el negociador de la Unión Europea para el Brexit, el francés Michel Barnier, también reconoció ayer que no descarta el fracaso de las negociaciones y que prepara planes para afrontar esa eventualidad. “No es mi opción preferida, pero es una posibilidad. Todo el mundo tiene que planificarlo, tanto los estados como las empresas. Nosotros también estamos haciendo preparativos técnicos para ello. El 29 de marzo de 2019 el Reino Unido será un país tercero”, indicó Barnier. El negociador comunitario aseguró que en la cumbre de mediados de diciembre debe haber un acuerdo en diversos aspectos, pero indicó que, aunque se han logrado progresos, todavía no se puede dar por hecho, por lo que no descartó que se posponga el plazo si no hay consenso suficiente.
En ese caso, es probable que las negociaciones tomen “al menos dos años para concluir”, señaló Barnier, que advirtió de las consecuencias del colapso de las negociaciones en aspectos como “la capacidad de los aviones británicos para aterrizar en Europa”. De no lograrse acuerdo, indicó el negociador, las relaciones de la UE serían las marcadas por la Organización Mundial del Comercio (OMC) y las comparó con las que hay con China. Reiteró la voluntad de Bruselas de que el Reino Unido permanezca en la unión aduanera y el mercado único, pero recordó que la primera ministra británica, Theresa May, apuesta por un acuerdo comercial.
Otro de los puntos de divergencia con Londres es la frontera futura con Irlanda, asunto en el que Barnier se mostró partidario de no crear una frontera dura y de “no hacer nada para fragilizar el proceso de paz” que “no es tan lejano”. - Efe