Londres - El ministro de Asuntos Exteriores británico, Boris Johnson, volvió a eclipsar a May en la conferencia conservadora. En esta ocasión por sus polémicas declaraciones en las que apuntó a que la ciudad libia de Sirte (que estuvo bajo el mando del Estado Islámico) podría convertirse en la nueva Dubai cuando “sean levantados todos los cadáveres”.

Johnson se refería así a un grupo de empresarios de Reino Unido que quiere invertir en la costa de Sirte, cerca de donde Gadafi fue capturado y ejecutado, pero agregó que pese a tener “una brillante visión para convertir a Sirte, con la ayuda del gobierno local, en el próximo Dubai”, tenían que esperar para deshacerse de los cadáveres primero. Si durante varias jornadas algunos parlamentarios y figuras conservadoras pedían la dimisión del Johnson, por no hacer piña con su líder y apostar por marcar la línea roja de la negociación del Brexit en la prensa británica, en vez de hacerlo a puerta cerrada, sus nuevas declaraciones hicieron que más personas pidieran abiertamente que se fuera y sus comentarios fueron tildados de “increíblemente groseros, insensibles y crueles” desde filas laboristas. - Efe