El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, dijo ayer que sería “un milagro” lograr progresos suficientes en las negociaciones sobre la salida de Reino Unido de la UE o Brexit de aquí a octubre, lo que permitiría avanzar hacia una nueva etapa. “De aquí a finales de octubre no tendremos progresos suficientes”, salvo que “se produzca un milagro”, dijo Juncker a su llegada a una cumbre informal de la Unión Europea en torno a la economía digital. Juncker, quien se mostró “satisfecho” con la cena de líderes europeos que tuvo lugar el jueves por la noche, previa a la cumbre, y en la que se abordaron temas como el debate sobre el futuro de Europa, indicó que no se deben esperar grandes avances en los contactos entre la UE y Reino Unido sobre el Brexit de aquí al mes próximo.
Dentro de tres semanas el negociador europeo para el Brexit, Michel Barnier, hará un balance de las negociaciones ante los 27 líderes europeos, quienes deberán determinar, llegado el momento, si la primera fase está lo suficientemente avanzada como para pasar a dialogar sobre el enfoque de la futura relación.
La próxima ronda de trabajos tendrá lugar en la semana del 9 de octubre en Bruselas.
La canciller alemana, Angela Merkel, al ser preguntada sobre los avances en la negociación del Brexit con Reino Unido, la canciller apuntó que parece que las conversaciones entre Londres y Bruselas han tomado “impulso” tras la conferencia de la primera ministra británica, Theresa May, el pasado viernes en Florencia (Italia). En ese sentido la primera ministra británica, Theresa May, abogó ayer por una nueva asociación en materia de seguridad entre el Reino Unido y la Unión Europea tras el Brexit, para afrontar retos como la ciberdelincuencia.
May dijo a su llegada a una cumbre informal de líderes de la Unión en la que se debaten los retos digitales que el Reino Unido quiere compartir su experiencia en ciberseguridad con sus socios europeos. “El Reino Unido se comprometerá a trabajar con sus socios europeos para utilizar su liderazgo y experiencia para desarrollar y mejorar la ciberseguridad colectiva en Europa”, señaló May. Aseguró que esa asociación “profunda y especial” no solo interesa a los británicos sino también a la Unión Europea.
La primera ministra británica dijo, por otra parte, que valora el “buen progreso” que se ha registrado en las últimas conversaciones sobre el Brexit en relación con los derechos de los ciudadanos. “Valoramos la contribución de los ciudadanos europeos en el Reino Unido (...) también queremos que los británicos que vivan en la UE tengan sus derechos garantizados”, señaló.
La canciller alemana, Angela Merkel, reconoció ayer que la UE se está quedando atrás en nuevas tecnologías e instó a una mayor cooperación en este ámbito y a lograr un mercado común digital para no depender de terceros países. Merkel realizó estas declaraciones en una breve rueda de prensa al término de la cumbre informal de líderes celebrada en Tallin y centrada en la economía digital. “En muchas áreas” de la digitalización “no somos los primeros del mundo”, reconoció la canciller alemana, que dijo que al bloque le queda “mucho por hacer” en este ámbito, aunque ahora hay “muy buena disposición” para avanzar, además de una situación económica “relativamente buena”. “Ha sido un día inspirador que deja claro que estamos aún lejos de ser líderes mundiales”, resumió Merkel.
Lograr un mercado digital único es una prioridad para la canciller, que se refirió a esto como “la quinta libertad”, en referencia a las cuatro clásicas, las de libre circulación dentro del área comunitaria de personas, bienes, servicios y capitales.
“Si no logramos un mercado único digital, dependeremos del resto del mundo”, advirtió.
Los líderes, explicó Merkel, hablaron ayer de establecer un protocolo conjunto para las comunicaciones digitales 5G, de cooperación en inteligencia artificial, de educación y formación continua, de las cuestiones éticas ligadas al desarrollo del coche autónomo y de compartir inversiones y experiencia en el área de la economía digital. Las propuestas sobre estas cuestiones deberán ahora debatirse y aprobarse para el Consejo Europeo de octubre.
En el Reino Unido, los euroescépticos tratan de recuperarse de los últimos reveses electorales. Henry Bolton, antiguo oficial de infantería y extripulante de tanques del Ejército británico, asumió ayer el liderazgo del eurófobo Partido por la Independencia del Reino Unido (UKIP), que busca una nueva identidad política tras sufrir una debacle electoral en junio. Bolton, de 54 años, obtuvo el 29,9 % de los votos en las primarias de la formación y se impuso, entre otros candidatos, a la controvertida Anne Marie Waters (21,3 %), que partía como una de las favoritas tras una campaña marcada por sus duros ataques al islam.
El exsoldado, que se presenta a sí mismo como un “experto en fronteras nacionales, seguridad y asuntos internacionales”, se impuso con un programa que define como ajeno “a los intereses de la izquierda, el centro o la derecha”. Su ideario hace hincapié en el control de la inmigración y avanza que abordará de forma “honesta y directa” los “problemas que el resto tienen miedo a discutir”.
Bolton se había posicionado como un candidato más moderado que Waters, al alertar durante la campaña de que el UKIP podía convertirse en el “partido nazi” del Reino Unido si elegía al candidato equivocado.
La polémica sobre un posible giro hacia la ultraderecha de la formación ha sobrevolado la conferencia nacional que celebra el partido en Torquay (sur de Inglaterra), en la que participa como invitado un representante del ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD).
Esa formación alemana, nacida en 2013 como partido euroescéptico, se alzó esta semana como tercera fuerza alemana tras haber transformado su discurso antieuropeo en xenófobo. - Efe