París - El líder de la izquierda radical francesa, Jean-Luc Mélenchon, amenazó ayer al presidente, Emmanuel Macron, en una manifestación con decenas de miles de personas, con echarle un “pulso social” mediante una sucesión de acciones de protesta contra la reforma laboral y el resto de sus políticas.

“La batalla no ha terminado. Empieza”, subrayó Mélenchon en un discurso al término del desfile en el que, según su propio relato, participaron 150.000 personas (la policía rebajó la cifra a 30.000) contra lo que llamó “el golpe de Estado social de Emmanuel Macron”, que fue la diana de todos sus ataques. Denunció “el método de la brutalidad” utilizado para la reforma laboral, es decir, la adopción por el procedimiento del decreto ley que ha permitido su entrada en vigor inmediata -ayer se publicó en el Diario Oficial- en espera de la tramitación parlamentaria, que está prevista después del 20 de noviembre.

Advirtió de que cuando empiece esa tramitación en el Parlamento se preparará “una acción fuerte” en la que dijo que deben participar los sindicatos y sugirió la idea de una nueva manifestación en la avenida de los Campos Elíseos con “un millón de personas”. De aquí a entonces, convocó a sus seguidores a que el próximo sábado participen en caceroladas por todo el país, y a que se impliquen en otras movilizaciones que ya se han anunciado, como la huelga a partir del lunes de algunas centrales de camioneros que han prometido bloquear depósitos de carburante. El líder de Francia Insumisa quiso con esta marcha marcar un punto suplementario en su objetivo de aparecer como el líder de la oposición gracias a esta convocatoria propia, de carácter más político que las de los sindicatos.

Mélenchon se ensañó con Macron por unas polémicas declaraciones hace una decena de días en las que había calificado de “vagos” a los que se oponían a sus reformas. - Efe