Bangkok - La ONG defensora de los derechos humanos Amnistía Internacional (AI) acusó ayer a la líder de facto de Birmania (Myanmar), Aung San Suu Kyi, de esconder la cabeza ante los horrores que padecen los musulmanes rohinyás en el estado Rakáin (oeste). El director de AI para el Sudeste Asiático y Pacífico, James Gomez, acusó a la nobel de la paz de victimismo y medias verdades durante su discurso ante diplomáticos y periodistas en la Naipyidó.
“Aung San Suu Kyi demostró ayer que ella y su Gobierno están todavía escondiendo las cabezas bajo la arena ante los horrores en el estado Rakáin”, indicó Gomez en un comunicado. “Hay una cantidad apabullante de pruebas de que las fuerzas de seguridad están involucradas en una campaña de limpieza étnica. Mientras que fue positivo escuchar a Aung San Suu Kyi condenar las violaciones de derechos humanos en el estado Rakáin, ella aún silencia el papel de las fuerzas de seguridad en esto”, agregó.
El director de AI criticó que la líder birmana dijera que no teme el “escrutinio internacional”, después de que su Gobierno haya impedido la entrada de una misión de la ONU para investigar las alegaciones de abusos contra los rohinyás.
condena de la líder birmana Ante la presión internacional, la líder de Birmania, Aung San Suu Kyi, condenó ayer cualquier violación de derechos humanos que se haya podido cometer contra los musulmanes rohinyás y expresó su preocupación por el éxodo de cientos de miles de miembros de esta comunidad a Bangladesh.
Suu Kyi dijo que quiere conocer las razones por las que los rohinyás huyeron, pero también invitó a la comunidad internacional a visitar Rakáin y hablar con los musulmanes que han permanecido en sus aldeas. La mandataria birmana, que llegó al poder en 2015, declaró que en Birmania hay muchas minorías con problemas y dijo que no ha querido responder a todas las acusaciones sobre los rohinyás porque está ocupada promoviendo la “armonía” entre las comunidades. - Efe