Naciones unidas - “Una guerra es algo que Estados Unidos nunca quiere y tampoco la quiere ahora, pero la paciencia del Gobierno no es ilimitada y defenderá a sus aliados y a su territorio. Corea del Norte está clamando por una guerra con su uso abusivo de los misiles”. Con estas duras palabras la embajadora de Estados Unidos ante la ONU, Nikki Haley, advirtió ayer en una reunión de urgencia del Consejo de Seguridad de que “ha llegado el momento” de “agotar todas las vías diplomáticas” con Corea del Norte y abogó por imponer “rápidamente” las sanciones “lo más fuerte posibles” al régimen de Pyongyang.

La embajadora de Estados Unidos criticó los 24 años de “medidas a medias y conversaciones fallidas” entre el organismo y el país asiático. “Esta crisis va más allá de las Naciones Unidas”, dijo Haley, quien apuntó que Estados Unidos considerará a los países que hagan negocios con Corea del Norte como entes que “prestan ayuda a las temerarias y peligrosas intenciones nucleares” de Pyongyang. La frenética actividad armamentística del régimen de Kim Jong-un durante las últimas semanas, en las que ha hecho un “uso abusivo de misiles y amenazas nucleares”, según la diplomática, muestra que “está pidiendo guerra”. Haley aseguró que una guerra es “algo que Estados Unidos nunca quiere” y tampoco la quiere ahora, pero señaló que la “paciencia” del Gobierno no es ilimitada y que defenderá a sus aliados y a su territorio. “Solo las sanciones más fuertes posibles nos permitirán resolver este problema a través de la diplomacia”, reiteró Haley.

Nueva resolución más fuerte El Consejo de Seguridad de la ONU acordó estudiar una nueva resolución más fuerte contra Corea del Norte. El secretario general adjunto de la ONU para Asuntos Políticos, Jeffrey Feltman, pidió una respuesta “completa” ante la “peligrosa provocación” norcoreana, tras lo que Estados Unidos anunció que distribuiría un borrador con medidas adicionales. Feltman expresó la alarma de la comunidad internacional ante el último ensayo nuclear, en el que Pyongyang supuestamente hizo estallar una bomba de hidrógeno, y consideró que es “profundamente desestabilizador para la seguridad regional e internacional”.

Al cierre de la reunión, la décima convocada de urgencia este año por la escalada armamentística del país asiático y la segunda en menos de una semana, el embajador de Corea del Sur, Cho Tae-yul, que fue invitado a la reunión, defendió “medidas mucho más duras, en correspondencia con la magnitud y la gravedad de la prueba”, y que fuercen a Pyongyang a volver al diálogo. Según Cho, el nuevo paquete debe incluir medidas “hirientes y robustas como limitar la provisión de crudo y productos de petróleo” a Corea del Norte, más allá de cortar los fondos potencialmente destinados al desarrollo de armas de destrucción masiva. “Estados Unidos ha dejado claro que queremos una nueva resolución fuerte, muy rápido, tenemos que trabajar en ello y en este momento no entraré en detalles pero estamos abiertos a diferentes adiciones”, dijo el embajador japonés, Koro Bessho. Su homólogo británico, Matthew Rycroft, señaló antes de la cita que había “más sectores de la economía que pueden ser sancionados” y se puede hacer más para “evitar que el régimen de Corea del Norte explote a trabajadores” que viajan a otros países.

La perspectiva de una nueva resolución fue recibida con prudencia por Rusia, cuyo embajador ante la ONU, Vassily Nebenzia, dijo al término de la reunión que “habrá que ver lo que contiene” el borrador, pero se mostró escéptico sobre la eficacia de las sanciones. “Las resoluciones enfocadas solo en sancionar a Corea del Norte no han funcionado muy bien anteriormente”, indicó el diplomático.

China pidió también evitar una escalada de tensiones en la península coreana y su embajador, Liu Jieyl, aseguró que “nunca permitirá el caos y la guerra” en el área.

Test atómico. El Ministerio surcoreano de Defensa estimó ayer que la potencia del test nuclear ejecutado la víspera por Corea del Norte fue de 50 kilotones, lo que supone aproximadamente el quíntuple que su ensayo atómico previo llevado a cabo hace un año.

Provocó dos terremotos. Tras el intenso seísmo originado el domingo por la detonación del artefacto nuclear, de más de 6 grados Ritcher, varios institutos sismológicos detectaron un segundo terremoto de menor intensidad (en torno a 4 grados Ritcher), unos ocho minutos después del primero. Este segundo temblor pudo deberse al derrumbe de alguna de las galerías subterráneas u otros “daños estructurales” en la base de pruebas nucleares de Punggye-ri.