Tokio/París - El ministro británico de Comercio Internacional, Liam Fox, advirtió ayer que este país no aceptará “amenazas” durante la negociación del Brexit, después de que la Unión Europea (UE) lamentara la falta de avances en este proceso. “No podemos aceptar ser amenazados con pagar un precio en la primera parte (de las negociaciones)”, dijo Fox durante una comparecencia ante los medios en la última jornada de su viaje a Japón acompañando a la primera ministra británica, Theresa May. Fox añadió que Londres y Bruselas deberían comenzar las discusiones sobre el acuerdo financiero por el Brexit, “porque es bueno para las empresas, y es bueno para la prosperidad de los británicos y del resto de ciudadanos de la UE”. El titular de Comercio Internacional se pronunció así antes de abandonar el país asiático junto a May, al término de una visita oficial que ha estado centrada en el escenario de las relaciones económicas y comerciales entre Tokio y Londres una vez se formalice el abandono británico de la Unión Europea.
En una cumbre celebrada en la víspera, May y su homólogo nipón, Shinzo Abe, acordaron trabajar en un futuro acuerdo comercial bilateral postbrexit y expresaron su confianza en que este proceso se lleve a cabo dentro de los plazos previstos (antes de finales de marzo de 2019) y sin sobresaltos.
La Unión Europea, no obstante, ha señalado la falta de avances en las cuestiones principales sobre la salida británica del bloque comunitario, como los derechos de los ciudadanos y el acuerdo financiero, durante la tercera ronda de negociaciones que concluyó este jueves.
“No hemos logrado ningún progreso decisivo sobre los temas principales”, dijo el negociador jefe comunitario para la retirada del Reino Unido de la UE, Michel Barnier, en una rueda de prensa conjunta celebrada en Bruselas con el ministro británico para el Brexit, David Davis.
“Estoy preocupado. El tiempo pasa rápido, es un plazo temporal corto y cada día que pasa nos acercamos a la fecha de salida del Reino Unido de la Unión Europea”, dijo Barnier, quien se preguntó si para entonces será posible una retirada ordenada o si Londres abandonará la UE sin un acuerdo.
Esta última ronda negociadora se inició con una delegación británica muy mermada porque, según la explicación oficial, ese día era fiesta en el Reino Unido.
Mientras, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, y el primer ministro de Holanda, Mark Rutte, urgían ayer al Reino Unido a avanzar en las negociaciones del Brexit.
Macron y Rutte hicieron estas declaraciones en el palacio del Elíseo de París después de que el negociador jefe del Brexit por la UE, Michel Barnier, admitiese que no se han logrado “progresos decisivos” en las cuestiones principales, como los derechos de los ciudadanos y el acuerdo financiero. “Solo cuando Barnier constate progresos suficientes, podremos abrir futuras fases de negociación”, dijo Macron.
El jefe de Estado francés, un europeísta convencido, resaltó que el bloque comunitario defenderá los intereses de la UE en la negociación, que debe estar concluida en marzo de 2019, cuando se firme el divorcio entre Londres y Bruselas. “Nos preocupa el ritmo de las negociaciones”, reconoció también Rutte. - Efe