Bangkok - Al menos 72 personas murieron ayer en el oeste de Birmania (Myanmar) en ataques reivindicados por rebeldes rohinyás contra controles militares, comisarias y cuarteles en el conflictivo estado de Rakhine. Los muertos son 59 rebeldes, 11 policías, un soldado y un funcionario, según los últimos datos de las Fuerzas Armadas, que incluyen a 11 heridos, tres de ellos graves, y a un detenido. Un millar de insurgentes armados con cuchillos, machetes, hachas, tirachinas y otras armas caseras participaron en los ataques perpetrados contra distintos objetivos del municipio de Maungdaw, cerca de la frontera con Bangladesh.
El Ejército de Salvación Rohinyá de Arakan (ARSA) reivindicó la acción, un grupo al que se atribuye el ataque a tres puestos policiales el 9 de octubre de 2016 que dejó nueve agentes muertos y desencadenó una represión de las fuerzas de seguridad, condenada reiteradamente por Naciones Unidas en estos meses.
El asalto de ayer ocurrió al día siguiente de que la comisión liderada por el ex secretario general de la ONU Kofi Annan presentara al público un informe encargado por el Gobierno con recomendaciones para poner fin a la violencia sectaria en Rakhine y promover el desarrollo de la región.
“Ninguna causa puede justificar tal brutalidad y muertes sin sentido”, manifestó Annan en un comunicado de condena de los ataques y en el que pide contención a las fuerzas de seguridad e insta a todas las partes a rechazar la violencia. -Efe