París - El atropello a un grupo de soldados franceses en Levallois Perret, en las afueras de París, ha levantado una polémica sobre la utilidad de la operación militar de vigilancia antiterrorista Sentinelle, puesta en marcha en 2015 y que ya ha sufrido seis ataques. Seis soldados resultaron heridos el miércoles, tras ser atropellados por un individuo al volante de un vehículo y, aunque su vida no corre peligro, el ataque ha puesto de manifiesto las dificultades de esta misión militar. El sospechoso de esa acción, identificado como Hamou Benlatrèche, fue detenido horas después de la misma y se encuentra hospitalizado, al recibir cinco disparos de la policía en el momento del arresto. Evacuado en helicóptero al hospital de Lille (norte de Francia), su estado es crítico, aunque no se teme por su vida, pero por el momento no ha podido ser interrogado.
Benlatrèche, nacido en 1980 en Argelia, no estaba fichado por radicalización islamista y su actuación ha sorprendido a su familia y vecinos. Uno de sus tíos aseguró a la cadena de televisión BFMTV que trabajaba de repartidor y madrugaba cada día, pero que no había dado ningún signo de radicalización islámica. Tampoco de animadversión hacia los militares que deben prevenir atentados.
Sentinelle cuenta con 7.000 efectivos desplegados por las calles del país y otros 3.000 en la reserva, patrullas armadas cuyo objetivo es apoyar a las fuerzas del orden, actuar como elemento disuasorio y dar seguridad a la población. - Efe