Jerusalén - Israel volvió ayer a decretar restricciones de acceso a la Explanada de las Mezquitas para el rezo musulmán, que se desarrolló con altercados menores pese a la alta tensión, ante un amplio dispositivo de seguridad dentro y fuera de la Ciudad Vieja de Jerusalén.

La Policía israelí limitó esta jornada el acceso al recinto sagrado a hombres mayores de 50 años y mujeres, después de los altercados del jueves, cuando los palestinos volvieron a orar dentro tras dos semanas de protestas contra las medidas de seguridad israelíes. La Media Luna Roja instaló un hospital de campaña junto a la explanada en previsión de posibles enfrentamientos, tras una jornada previa en la resultaron heridos un centenar de palestinos como consecuencia del material antidisturbios empleado por la Policía israelí, además de un agente policial lesionado.

Las fuerzas de seguridad entraron anteanoche de nuevo al complejo, donde está la mezquita de Al Aqsa y la Cúpula de la Roca, para “despejar” el lugar de fieles ante la previsión de protestas ayer. “La Policía sacó de la zona a la gente que planeaba pasar la noche en la mezquita de Al Aqsa y participar en las manifestaciones en el Monte del Templo (denominación judía de la Explanada) hoy”, aseguró el portavoz policial, Micky Rosenfeld.

Ayer miles de jóvenes rezaron de nuevo en las calles de los barrios árabes de Jerusalén Este, ante la imposibilidad de entrar al recinto, mientras mayores y mujeres lo hacían en la Explanada y salían entonando cánticos hacia Dios por las callejuelas de la Ciudad Vieja.

Según los servicios de emergencia palestinos, se registraron al menos cuatro heridos que fueron tratados en el hospital de campaña. En el valle de Wadi Yoz, en la zona oriental ocupada de la urbe, aumentó la tensión cuando los menores palestinos arrojaron botellas de agua a las fuerzas de seguridad, según el Times of Israel.