Londres - La primera ministra del Reino Unido, Theresa May, confesó ayer que quedó “destrozada” y hasta soltó “una lagrimita” cuando se enteró de que había perdido la mayoría absoluta en las elecciones generales del pasado 8 de junio.

May concedió una entrevista a la cadena pública BBC, en su residencia de Downing Street, con motivo de su primer aniversario como jefa del Gobierno, cargo al que accedió sin pasar por las urnas el 13 de julio de 2016, cuando sustituyó a David Cameron después de la victoria del Brexit en el referéndum del 23 de junio.

En la cúspide de su popularidad, la líder conservadora, de 60 años, convocó el pasado 18 de abril elecciones anticipadas, con el fin de reforzar su mandato de para negociar con Bruselas la salida británica de la Unión Europea (UE).

En la entrevista difundida ayer, May revela que el resultado de esos comicios, en los que el Partido Conservador perdió 13 escaños, hasta quedarse en 318, le supuso un “completo shock”, pues esperaba que “sería mejor”. “Tardé unos minutos en asimilar lo que ello significaba. Mi esposo me dio un abrazo”, declaró.

“Por una pequeña superstición”, ella y su marido, Philip, no vieron los datos de la encuesta a pie de urna ni siguieron el goteo de escaños, por lo que se enteraron de cómo había ido todo cuando el resultado ya estaba claro.

La líder tory explicó que era consciente de que la campaña “no había ido perfectamente”, pero anticipaba un resultado más positivo, a juzgar por los mensajes que le llegaban y lo que le decía la gente.

May aseguró que, pese al fuerte impacto recibido, “no se planteó dimitir”, porque sintió que tenía “la responsabilidad de garantizar que el país tuviera un Gobierno”.

La pérdida de la mayoría absoluta ha obligado a los conservadores a llegar a un pacto de gobernabilidad con el Partido Democrático Unionista de Irlanda del Norte, que ha sido muy criticado por la oposición laborista y por los líderes de las autonomías de Escocia y Gales.

Además, ha dejado a May debilitada y expuesta a desafíos dentro y fuera de su partido de cara a las negociaciones del Brexit, que tampoco podrán ser ahora como ella tenía planeado. - Efe