Brasilia - El expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva fue condenado ayer a nueve años y medio de cárcel por un tribunal de primera instancia, por su implicación en la red de corrupción que operó en Petrobras, informaron fuentes oficiales. La sentencia fue dictada por el juez Sergio Moro, responsable de las investigaciones sobre la colosal trama corrupta destapada en el seno de la petrolera estatal, quien encontró a Lula culpable de los delitos de corrupción pasiva y lavado de dinero. El juez Moro ambién estuvo tras los pasos de Dilma Rousseff. Su ‘celo profesional’ fue tanto que incluso tuvo que pedir disculpas al Tribunal Supremo brasileño por interceptar y hacer públicas conversaciones privadas entre ambos expresidentes sin autorización del alto tribunal brasileño en lo que fue intrepretado por muchos como una clara animadversiópn contra los dos máximos dirigentes del Partido de los Trabajadores brasileño (PT).

Incluso parece que Moro tiene aspiraciones políticas. Tanto es asíque Lula llegó a denunciar a Moro ante Naciones Unidas por “persecución política”.

Esta es la primera condena que recibe el exmandatario, quien aún responde en otras cinco causas penales abiertas por la Justicia, la mayoría de ellas relacionados con el caso Petrobras. En el caso de la sentencia dictada ayer, Lula era acusado por la Fiscalía de corrupción pasiva y lavado de dinero por supuestamente haber recibido 3,7 millones de reales (1,1 millones de dólares) en sobornos a raíz de contratos suscritos entre la constructora OAS y Petrobras.

Un apartamento El pago de esas coimas se habría materializado en la reserva y reforma de un apartamento tríplex en el balneario de Guarujá, en el litoral del estado de Sao Paulo, y el pago del almacenamiento de los regalos recibidos durante su gestión (2003-2010). El inmueble aparece en los registros como propiedad de la constructora OAS, una de las implicadas en el escándalo de Petrobras, pero según la acusación el verdadero dueño sería Lula, quien lo habría recibido en concepto de soborno, es decir, a cambio de “favores” hechos desde el poder a esa constructora. No obstante, no se ha podido aportar documento alguno que refleje la propiedad del inmueble sea del expresidente brasileño.

A pesar de la condena, el exmandatario aún podría aspirar a ser candidato para las elecciones generales de 2018, lo cual solo sería impedido si la sentencia fuese ratificada en segunda instancia, que debería pronunciarse sobre el caso a mediados o fines del año próximo

La presidenta del PT, Gleisi Hoffmann, afirmó ayer que el expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva fue condenado “sin pruebas”, lo que calificó de “vergonzoso”.Por su parte, el senador Lindbergh Farias, jefe del grupo del PT en la Cámara Alta, sostuvo que el exmandatario es objeto de una persecución política e hizo un llamamiento a la militancia para salir en defensa de Lula, que gobernó Brasil entre 2003 y 2010.

lula, la “única opción” del PT El PT ya ha anunciado, aunque Lula todavía no lo confirma, que este es su “única opción” como candidato a la Presidencia en las elecciones de 2018, lo cual dependerá ahora de la decisión de la segunda instancia, pues si se ratifica la sentencia dictada ayer la ley le impediría postular a algún cargo público.

Lula aparece actualmente como el líder más valorado en las encuestas y aunque aún no lo ha hecho oficial, ha manifestado en repetidas ocasiones su deseo de volver a competir en unos comicios. Además de las causas ya abiertas, Lula podría llegar a ser investigado en otros seis procesos más, según solicitó la Corte Suprema con base en confesiones hechas por exdirectivos del grupo Odebrecht, y también está salpicado por revelaciones de ejecutivos del grupo JBS. En este último caso, por los testimonios dados por los dueños de esa empresa, la Fiscalía también ha presentado una denuncia formal por corrupción pasiva contra el actual mandatario, Michel Temer, quien podría ser despojado del cargo si el Congreso avala el inicio de un juicio penal.

Pero no son todas malas noticias para Lula. La Fiscalía pidió archivar una investigación contra el expresidente brasileño por supuesta tentativa de obstrucción a la Justicia al intentar impedir, junto con algunos senadores, el desarrollo de algunas operaciones anticorrupción.

La supuesta tentativa de Lula de dificultar el trabajo de la Operación Lava Jato, que investiga desde hace más tres de años la trama corrupta en Petrobras, se desprendía de un testimonio del exsenador Delcídio Amaral en el marco de un acuerdo de colaboración judicial.

Amaral, del Partido de los Trabajadores, al que también pertenece Lula, fue detenido por su participación en los millonarios desvíos destapados en el seno de la petrolera estatal.

Sin embargo, el fiscal Ivan Cláudio Marx concluyó en su solicitud que “no se vislumbra en el discurso de Delcídio la existencia de una real tentativa de impedir a las investigaciones de la Operación Lava Jato”.

Según Amaral, Lula le invitó en 2015 junto con los senadores Edison Lobao y Renan Calheiros, este último entonces presidente de la Cámara Alta, para una reunión en el Instituto Lula, en Sao Paulo, cuyo objetivo era impedir el desarrollo de las investigaciones del caso Petrobras.

La Fiscalía estima que las declaraciones del exsenador demuestran “una interpretación unilateral” que no fue confirmada por el resto de los participantes del encuentro.

Marx destacó que el principal objetivo del delator al citar a Lula “puede haber sido el interés propio” para “aumentar su poder de trueque” ante la Fiscalía en su acuerdo de colaboración, “ampliando así los beneficios recibidos”.

La solicitud de archivo deberá ser evaluada por un juez en Brasilia, donde transcurre uno de los cinco procesos penales que tiene abiertos con la Justicia el expresidente Lula. Ese caso supuso la primera imputación del exmandatario por el supuesto intento de comprar el silencio del exdirector de Petrobras Nestor Cerveró para evitar que informara sobre la colosal red de desvíos de Petrobras. - Efe