Washington - El presidente de la Cámara de Representantes, el republicano Paul Ryan, aseguró ayer que las estimaciones que indican que millones de personas perderán acceso a la sanidad con el nuevo proyecto de ley conservador se deben a que muchos optarán por no tener seguro. En una entrevista con el canal Fox News ayer, Ryan, uno de los cerebros detrás del proyecto de ley, interpretó así los datos de la independiente Oficina Presupuestaria del Congreso (CBO, por sus siglas en inglés), que estima que con el proyecto de ley de reforma sanitaria que considera el Senado, 22 millones de estadounidenses perderán su cobertura sanitaria en 2026. El dato ha sido un varapalo para el trámite en la Cámara alta, donde los republicanos no tienen aún los votos suficientes dentro de la bancada conservadora para conseguir que el procedimiento avance hacia la aprobación. “Lo que el CBO está diciendo básicamente es que si no vas a forzar a la gente a comprar (seguro) ‘Obamacare’; si no les vas a forzar a comprar algo que no quieren, entonces no lo comprarán”, aseguró Ryan.

El informe del CBO, una oficina independiente dentro del Congreso que analiza el impacto de las leyes, aseguró que 15 millones de estadounidenses perderían casi automáticamente cobertura médica con la reforma sanitaria republicana, especialmente con los recortes en el Medicaid, sanidad pública para bajos ingresos.

En una rueda de prensa posterior, Ryan aseguró que no se debería subestimar al líder republicano en el Senado, Mitch McConell, y confió en que la ley de reforma sanitaria, que quiere reemplazar a la que firmó el expresidente Barack Obama en 2010, será aprobada tarde o temprano.

Ryan volvió a decir que la opinión pública debería ser más cauta al analizar las estimaciones del CBO, que consideró que pueden estar equivocadas y exagerar el impacto de una nueva ley que recorta fondos a sanidad pública y rebaja los incentivos para que los estadounidenses obtengan un plan sanitario privado que rebaje los precios de las pólizas.

los republicanos, divididos Los republicanos en el Senado de EE.UU. mostraron ayer sus divisiones ante la polémica ley que debería reemplazar la reforma sanitaria del expresidente Barack Obama. El líder de la mayoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, está considerando retrasar la fecha de inicio del debate legislativo que desemboque en la aprobación de una ley que reemplace el llamado Obamacare, el plan sanitario ratificado en 2010 por Obama y que el actual presidente, Donald Trump, ha prometido revocar y reemplazar.

Según el diario Político, McConnell ha avisado a la Casa Blanca de que si no consiguen un voto de procedimiento que inicie el debate en el Senado lo antes posible, se verán forzados a negociar con los demócratas una salida a la crisis. Una fuente del Senado aseguró ayer a la cadena CNN que la posibilidad de aprobar una reforma sanitaria, que debe ser consensuada con la Cámara de Representantes y cuenta con apoyos exclusivamente republicanos, “está pendiente de un hilo”.

La senadora republicana Susan Collins fue una de las primeras en salirse de la disciplina de su partido y aseguró que deben trabajar con los demócratas porque los datos muestran que el proyecto de ley no “arreglará” el sistema sanitario estadounidense. - Efe