París - El presidente de Francia, el socioliberal Emmanuel Macron, nombró ayer a cuatro nuevos ministros -los de Justicia, Defensa, Agricultura y Asuntos Europeos- en su primera remodelación gubernamental, un mes después de asumir el mando del país. El secretario general del Elíseo, Alexis Kohler, anunció a la jurista Nicole Belloubet como sustituta en la cartera de Justicia de François Bayrou; a la ex secretaria de Estado Florence Parly en Defensa por Sylvie Goulard y a la alta funcionaria Nathalie Loiseau para reemplazar en Europa a Marielle de Sarnez. En Agricultura, el socialista Stéphane Travert tomará el relevo de Jacques Mezard, que pasará a ser el nuevo ministro de Cohesión Territorial.
Los cambios en Justicia, Defensa y Asuntos Europeos están motivados por la investigación por supuestos empleos ficticios con dinero del Parlamento Europeo al partido centrista Modem, del que Bayrou, Goulard y De Sarnez son miembros y quienes decidieron dimitir para poder defenderse mejor. En la cartera ministerial de Cohesión Territorial, el cambio se produce debido a las sospechas de nepotismo de su anterior Titular, el socialista Richard Ferrand.
cambios profundos Los cambios en el Ejecutivo, que se producen después de que el nuevo partido de Macron, La República en Marcha (LREM), ganase las elecciones legislativas del pasado domingo con mayoría absoluta, fueron más profundos de lo esperado,
El resto del gabinete se mantiene y siguen en sus cargos, entre otros, el primer ministro, el conservador Édouard Philippe; el de Exteriores, el socialista Jean-Yves Le Drian; el de Interior, el también socialista Gérard Collomb; el de Economía, el conservador Bruno Le Maire, y el de Ecología, Nicolas Hulot.
El hasta ahora ministro francés de Justicia, el líder centrista François Bayrou, anunció ayer que había decidido dejar su cargo para poder preparar su defensa y no debilitar al Gobierno con la investigación en la que está envuelto su partido por supuestos empleos ficticios.
“Opto por la libertad de palabra”, dijo en una comparecencia ante la prensa, en la que defendió que la formación que preside, el MoDem, es inocente.
Bayrou, con las “manos atadas” La justicia abrió su investigación preliminar el pasado día 9 por las sospechas de que esa agrupación utilizó el dinero que recibían sus eurodiputados para contratar a asistentes parlamentarios para pagar a personas que en realidad también trabajaban para el partido. “Nunca lo hemos hecho”, dijo Bayrou, que mostró su “absoluta confianza en la Justicia” y señaló que el MoDem cuenta con todos los elementos para demostrar que las sospechas no tienen fundamento. El líder de esa formación apuntó que “en una situación normal” le habría resultado fácil defenderlo, pero como ministro de Justicia, tenía “las manos atadas”, porque cualquier declaración o gesto podría interpretarse como una tentativa de presión. Bayrou afirmó que aunque no se ve afectado personalmente por la investigación, no duda de que él era el “verdadero objetivo” de las denuncias, en un intento por “desacreditar” al ministro responsable del proyecto de ley para la moralización de la política.
El líder centrista, que vuelve a su cargo de alcalde de Pau, subrayó que sigue apoyando a Macron pese a abandonar su Gobierno.
el partido de sarkozy se rompe El centro-derechista Los Republicanos, principal partido de la oposición, puede escindirse entre que los abogan por enfrentarse al presidente de Francia, Emmanuel Macron, y los partidarios de apoyarlo, que estarían en disposición de formar su propio grupo en la Asamblea. Así lo declaró ayer el diputado Thierry Solère en una entrevista radiofónica en France Inter. El líder de los constructivos, como se conoce a aquellos que se declaran compatibles con el nuevo Ejecutivo, aseguró que cuenta con más de quince miembros de la cámara baja del Parlamento dispuestos a apoyar las reformas del centrista Macron, entre ellas la laboral, un número “más que suficiente” para crear un grupo autónomo.
“Vamos a intentar construir en vez de destruir”, explicó Solère, que ayer mismo mantuvo una reunión con el primer ministro, Édouard Philippe, antiguo miembro de Los Republicanos con el que mantiene una relación de amistad. Además, algunos de los diputados favorables al actual Gobierno fueron contactados por los ministros Gérald Darmanin y Bruno Le Maire, que fueron expulsados del grupo conservador el pasado mayo por hacer campaña en favor del partido centrista de Macron a expensas del suyo.
Solère representa a una facción minoritaria entre los 113 diputados que Los Republicanos han obtenido tras la segunda vuelta de las elecciones legislativas del pasado domingo, ganadas con mayoría absoluta por el partido de Macron, La República en Marcha.
Los candidatos afines a Solère ya había mostrado su simpatía hacia el proyecto de la agrupación del presidente antes de la campaña de las legislativas. La fractura en el seno de Los Republicanos, que se ha alternado en el poder con los socialistas en las últimas décadas, podría resolverse mañana, tras la elección del presidente del grupo conservador. Un puesto al que el anterior jefe de filas de los diputados conservadores, el muy poco constructivo Christian Jacob, suena como favorito.
El otro gran partido de Francia, el Partido Socialista (PS), atraviesa una crisis aún más profunda reflejada en escisiones internas de las que se ha nutrido especialmente La República en Marcha, fundada por Macron, un exministro del Gobierno socialista que presidió François Hollande. El PS cosechó los peores resultados de su historia en las legislativas del domingo con 30 diputados. - Efe