París - Francia ha acabado en las urnas con el viejo sistema partidista para dar poderes plenipotenciarios a su nuevo presidente, Emmanuel Macron, que gozará de una gran mayoría absoluta en la Asamblea Nacional para reformar el país. A La República En Marcha, la maquinaria electoral puesta en marcha por Macron para trasladar al Legislativo el poder que ya atesora como presidente, junto a sus aliados centristas se le atribuían anoche alrededor de 350 diputados en la segunda vuelta de las parlamentarias, muy por encima de los 289 que marcan la mayoría absoluta, según los datos del recuento al cierre de esta edición, todavía incompletos. Las cifras no son tan estratosféricas como anunciaban los sondeos, pero suponen un colchón muy holgado para sacar adelante iniciativas como la reforma laboral o la nueva legislación antiterrorista. La participación del 42% supone un mínimo histórico en la V República.
Ese ligero movimiento de rectificación del voto después de que los resultados de la primera vuelta hicieran presagiar una barrida macronista histórica no empaña el vuelco que sufre el panorama político francés en estos comicios.
Un partido que no existía hace poco más de un año y que se ha surtido de políticos de izquierda y derecha, así como de caras desconocidas procedentes de la sociedad civil, dominará el hemiciclo. Además, ha acercado a las grandes formaciones tradicionales, socialistas y conservadores, a la insignificancia política con sus peores resultados desde que el general Charles de Gaulle fundó la V República, en 1958. Los Republicanos, el gran partido de la derecha francesa, será la primera fuerza de la oposición en la Cámara Baja, con unos 135 diputados, un centenar menos que en la última legislatura.
Así las cosas, el primer ministro, Edouard Philippe, aseguró que la amplia victoria de su partido es un respaldo a las reformas anunciadas por Macron. “Los franceses han dado una mayoría franca al presidente que recibimos como una misión, actuar por Francia. Con su voto los franceses han preferido la esperanza a la cólera, el optimismo al pesimismo, la confianza al desarraigo”, indicó el jefe del Gobierno, procedente de las filas conservadoras. Una pujanza que se demuestra en el hecho de que los seis miembros del Gobierno de Macron que se presentaban a las legislativas ganaron ayer sus escaños en la segunda vuelta.
También se confirma la debacle esperada para el Partido Socialista, que hasta ahora controlaba la mayoría en la Asamblea Nacional, y al que los sondeos otorgaban entre 27 y 49 diputados junto a sus socios ecologistas. Mientras, La Francia Insumisa del izquierdista Jean-Luc Mélénchon parece cerca de conseguir su objetivo de poder formar grupo parlamentario propio, para lo que se necesitan 15 escaños, ya que los institutos demoscópicos le daban entre 15 y 30 diputados. Por el contrario, el ultraderechista Frente Nacional se quedaría de nuevo sin alcanzar su meta de tener grupo propio, aunque puede haber obtenido un mejor resultado del que apuntaban los sondeos, con entre 4 y 8 actas. Su líder, Marine Le Pen, sí logró en cualquier caso su acta de diputada en la Asamblea Nacional, tras haber vencido en la segunda vuelta en su circunscripción del norte del país.
Así las cosas, poco después del cierre de los colegios electorales, se anunciaba la dimisión del líder del Partido Socialista, Jean-Christophe Cambadélis. “Hay que construir una nueva oferta política de izquierdas para contrarrestar el neoliberalismo y el nacionalismo”, indicó. Por su parte, el ex primer ministro socialista francés Manuel Valls salvó por tan solo 139 votos su escaño de diputado en su circunscripción de la región de París, en la que ganó por cuarta vez. Valls, que dirigió el Gobierno francés entre 2014 y finales de 2016, proclamó su victoria en el Ayuntamiento de Evry, del que fue alcalde, en medio de los gritos de protesta de numerosos ciudadanos que pedían la anulación de la votación. El líder del movimiento La Francia Insumisa, Jean-Luc Mélenchon, se felicitaba anoche porque podrán formar un grupo parlamentario propio. Asimismo, destacó que “la gran abstención tiene un significado político de ofensiva”. Esta abstención supone una “huelga general cívica en estas elecciones”, dijo Mélenchon, electo por la 4ª Circunscripción de Bocas del Ródano. - Efe/E.P.