París - Las sospechas de corrupción y nepotismo que desde hace semanas recaen sobre algunos de los más cercanos aliados del presidente francés, Emmanuel Macron, apenas han hecho mella en las perspectivas de su partido, que, a un día de las elecciones legislativas, aparece como el gran favorito. El objetivo declarado de La República en Marcha, la maquinaria electoral puesta en marcha por Macron para conquistar la Asamblea Nacional, es conquistar una mayoría absoluta que le permita sacar adelante un número de reformas sin precedentes.

En esa dirección apuntan todos los sondeos, pese a que la átona campaña electoral sólo sufre alguna convulsión cada vez que salta a la luz un presunto caso de malas prácticas asociado a los más estrechos apoyos de Macron.

La Fiscalía de París abrió ayer una investigación preliminar a la formación centrista Modem, aliada de Macron, por sospechas de abuso de confianza y ocultación al usar a asistentes parlamentarios europeos para trabajar en el partido y no en la Eurocámara. La investigación comenzó como consecuencia de la denuncia de un antiguo colaborador del partido, quien dijo haber sido pagado con fondos públicos del Parlamento Europeo, pero empleado en el partido en Francia.

El caso remite de forma inequívoca al que afecta también al ultraderechista Frente Nacional, por el que está siendo investigada su líder, Marine Le Pen. El Modem es la agrupación que lidera el actual ministro de Justicia francés, François Bayrou, que retiró su propia candidatura presidencial semanas antes de las elecciones para dar su apoyo al joven exministro de Economía.

dimisión La oposición, encabezada por Los Republicanos (centro-derecha), ha pedido la dimisión de Bayrou para que no se entorpezca la investigación. Pero no parece sencillo que los conservadores vayan a cobrarse esa pieza fácilmente, y menos aún a sólo horas de la primera vuelta de las legislativas (la segunda es el 18 de junio).

El Gobierno recurrió al primer ministro, Edouard Philippe, convertido en el auténtico apagafuegos de estos primeros pasos del quinquenio de Macron, para sofocar la polémica y no permitir que se abra un caso Bayrou.

Philippe consideró que el ministro es “creíble” para impulsar la ley de regeneración de la vida pública, que debería ser la primera que se aprueba bajo el nuevo presidente. “Tengo absolutamente el sentimiento de que (Bayrou) es creíble y de que debemos adoptar esta ley para superar un viejo mundo en el que había zonas que ya no aceptamos hoy”, declaró a la prensa. A Philippe ya le correspondió afrontar otro escándalo ahora puesto en sordina, el que concierne al ministro de Cohesión Territorial, el antiguo socialista Richard Ferrand, investigado por nepotismo. - Efe