París - El Partido Socialista (PS) francés, que ocupó el Gobierno hasta hace solo un mes, pelea en las elecciones legislativas del próximo domingo por poner freno al declive electoral iniciado en las presidenciales de abril. A tres días de la primera vuelta de los comicios que elegirán un nuevo Parlamento, los candidatos socialistas redoblaron ayer sus campañas en sus circunscripciones para evitar lo que los sondeos pronostican: una nueva hecatombe como la de las presidenciales de hace dos meses.
Después de que su aspirante Benoît Hamon, del ala más a la izquierda del PS, lograrse solo el 6% de los sufragios, los socialistas pueden hallarse ante un panorama semejante. Las encuestas les dan un 8% de los votos, que podrían equivaler a entre 25 y 35 asientos en un Parlamento con 577, unos diez veces menos diputados que los que obtuvieron en 2012.
Los cinco años de Presidencia del impopular François Hollande (2012-2017) y la propia crisis de la socialdemocracia europea han contribuido a llevar al PS al borde del precipicio. Los intentos por rescatarlo han comenzado en la propia cúpula del partido.
“No, la marca del PS no desaparecerá (...) El socialismo seguirá existiendo, es la casa de los socialistas que ha de reconstruirse”, opinó ayer en una entrevista con la radio RTL el primer secretario de la formación, Jean-Christophe Cambadélis.
A pesar de los malos pronósticos, el líder del PS insistió en pedir el voto para equilibrar en el Parlamento la fuerza del partido del presidente francés, el centrista Emmanuel Macron, a quien los sondeos le otorgan mayoría absoluta. “Demasiado poder mata el poder”, opinó Cambadélis, candidato a la reelección a diputado en un barrio de París.
Reflejo del desamparo electoral contra el que lucha el PS, el político escenificó una curiosa y muy comentada iniciativa cuando en mayo dio un discurso en una calle de la capital sobre un palé de color rojo frente un puñado de viandantes. - Efe