Londres - Cuesta creer las encuestas en Reino Unido porque daban ventaja a la permanencia en la UE en el referéndum y nunca predijeron la mayoría absoluta que David Cameron consiguió como primer ministro en las últimas elecciones. A ocho días de las próximas, uno de los principales encuestadores del país apunta a que los conservadores podrían perder 20 escaños, mientras que los laboristas ganarían 30. Así, la última estimación electoral de YouGov sobre el resultado de las elecciones del 8 de junio predice que los conservadores liderados por Theresa May quedarían por debajo de una mayoría general de 16 escaños, lo que conduciría a un “parlamento colgado”, el término con el que se describe en suelo británico cuando ningún partido político posee una mayoría absoluta de escaños en el parlamento.
Al publicar este estudio elaborado para el diario The Times, se advierte de que puede darse un amplio margen de error, pero puntualizan que de ser así finalmente “sería un resultado catastrófico” para May, pues la líder tory llamó a la elecciones cuando las encuestas apuntaban a un victoria aplastante que le daría el mandato suficiente para conseguir el mejor acuerdo del Brexit con Bruselas. Sin embargo, la mala acogida que tuvo la publicación del manifiesto conservador y su propuesta de introducir un “impuesto de la demencia” ha llevado a que sus predicciones se desplomen. La razón tiene una fácil explicación: la mayor parte de los votantes conservadores serían los mayores afectados por esa medida.
Según el sondeo de YouGov, los conservadores ganarían 310 escaños, frente a los 330 que pensaban al convocar las elecciones. En el caso de los laboristas, conseguirían 257 escaños, frente a los 229; los liberaldemócratas 10 en vez de 9 y el SNP 50 en lugar de 54, mientras que los Verdes ganarían tres. La proyección no niega que pueden darse grandes variaciones, apuntando a que en una buena noche, los conservadores conseguirían hasta 345 escaños y solo 274 escaños en el peor de los casos.
debate La decisión de May de no participar ayer en un debate de televisión en la cadena BBC no le ayuda. El líder laborista la retó a participar, tras dar una sorpresa y anunciar que finalmente él sí asistiría. En su desafío argumentó que no yendo, la primera ministra daba “otra señal de debilidad”, a lo que la conservadora respondió que Corbyn “parece estar prestando mucha más atención a cuántas apariciones en la televisión está haciendo y debería prestarle un poco más de atención a las negociaciones del Brexit”. En cualquier caso, May rechazó la sugerencia de que se negaba a participar en el programa debido a la preocupación de que el público la iba a juzgar con lupa: “No. He establecido muy claramente lo que creo que debe ser una campaña electoral. Se trata de salir y viajar por todo el país, se trata de reunirse con los votantes, se trata de escuchar a los votantes. Creo que eso es lo importante, porque se trata de ser abierto con los votantes”.
Mientras, el ministro de Sanidad, Jeremy Hunt, intentó frustrar el ataque laborista denunciando el estado del sistema sanitario público británico (NHS, por sus siglas en inglés), diciendo que su futuro depende del resultado de las negociaciones con la UE y que Corbyn es incapaz de conseguir un “buen Brexit”.
El líder laborista había denunciado que las listas de espera aumentarían hasta los 1,8 millones con los actuales planes de gasto. “El estado en el que los conservadores han dejado nuestro NHS y las escuelas de nuestros niños es menos fuerte y estable”, puntualizó Corbyn.