Seúl - Corea del Norte volvió a realizar ayer otro ensayo de misiles, lo que endurece aún más su desafío a la comunidad internacional y en especial al nuevo Gobierno de Seúl, que había mostrado su intención de tender la mano al aislado régimen de Pyongyang. El Estado Mayor Conjunto surcoreano (JCS) anunció que Corea del Norte disparó “al menos un misil” (aún se está realizando un análisis para determinar el número exacto de proyectiles disparados) en torno a las 5.09 hora local (20.39 GMT) desde la base aérea de Kalma, en la localidad de Wonsan, en la costa oriental del país.

Seúl considera que es un diseño basado en los Scud soviéticos: un proyectil de corto alcance con un rango de entre 300 y 500 kilómetros y normalmente denominado Hwasong-6 por el Ejército norcoreano.

El misil alcanzó una altura máxima de unos 120 kilómetros y recorrió unos 450 kilómetros hacia el este antes en caer de la Zona Económica Especial (EEZ) de Japón (espacio que se extiende a unos 370 kilómetros desde sus costas), país que ha condenado con dureza la acción. Por otro lado, algunos expertos creen que el misil podría ser un Hwasong-7 -otro rediseño del Scud con un rango extendido de hasta 1.000 kilómetros que pone también a tiro el archipiélago nipón- disparado con un ángulo más abierto para reducir su alcance.

El JCS advirtió, en un comunicado publicado después del lanzamiento, de que “los repetidos actos de provocación de Corea del Norte solo acelerarán su aislamiento y serán respondidos de manera contundente por nuestro Ejército, la alianza Corea del Sur-EEUU y la comunidad internacional”. “El Gobierno (surcoreano) no tolerará ningún tipo de provocación y responderá con severidad”, argumentó por su parte el Ministerio de Exteriores en Seúl.

Noveno Ensayo El de ayer fue el noveno ensayo de misiles norcoreano en lo que va de año y el tercero desde que el nuevo presidente liberal surcoreano, Moon Jae-in, accedió al cargo hace apenas tres semanas.

Pyongyang parece querer enviar a Seúl el mensaje de que la doble vía que pretende explorar Moon (que ha prometido mejorar el diálogo pero mantener a la vez mano dura con la sanciones) no arrojará mejores resultados que los cosechados por las administraciones conservadoras que han gobernado en el Sur durante la pasada década.

El pasado jueves, el Gobierno surcoreano autorizó, por primera vez desde que todo intercambio fue congelado en 2016, el contacto entre una ONG local y representantes norcoreanos con el objetivo de reanudar la asistencia humanitaria al Norte y otros programas de cooperación intercoreanos. Un portavoz del Ministerio surcoreano de Unificación insistió ayer, tras el lanzamiento, en que Seúl puede “hacer frente con firmeza a las provocaciones” del Norte e intentar fomentar a la vez el intercambio civil en un marco que no vulnere el régimen de sanciones. - Efe