Bruselas - Los líderes de la Unión Europea avalaron este sábado la permanencia de Irlanda del Norte en la Unión Europea tras la salida de Reino Unido en el caso de que el territorio se anexionase a la República de Irlanda. Aunque desde el referéndum de junio de 2016 no han faltado los análisis sobre las consecuencias del Brexit, poco se podría pronosticar que acabase facilitando una reunificación de Irlanda que permanecería sin problemas en la Unión Europea al estar ya previsto así en los acuerdos del Viernes Santo.

Ese acuerdo de paz es según fuentes diplomáticas el elemento clave para facilitar la permanencia de Irlanda del Norte en la UE de darse la reunificación, y la principal diferencia con otras realidades sobre las que algunos quieren hacer paralelismos o bien señalar diferencias, como Escocia o Cataluña. No obstante, este hecho abriría un precedente y derribaría muchos tabúes. Posteriormente sería difícil argumentar que un papel vale más que la voluntad de un pueblo libremente expresada.

Fuentes del Consejo Europeo explicaron que la institución “es consciente de las implicaciones del acuerdo de 1998, que abre la puerta a la reunificación de Irlanda por vías democráticas y pacíficas, y que, en ese sentido, los Veintiocho avalan que de acuerdo al derecho internacional, el territorio de una Irlanda reunificada sería parte de la UE”.

En la cumbre extraordinaria del Brexit celebrada este 29 de abril, el primer ministro irlandés, Enda Kenny, presentó una declaración con el objetivo de preparar el terreno para que, en caso de la reunificación de Irlanda, se produzca una fácil adhesión de Irlanda del Norte a los Veintisiete, una petición a la que dieron luz verde sus socios europeos. Quizás en una nueva medida de presión hacia Londres.

Tal y como él mismo explicó tras la cumbre a los periodistas, “el valor de la decisión adoptada es que si en algún momento del futuro se convoca el referéndum y el pueblo de Irlanda del Norte toma la decisión (de la reunificación), no solo se reconocería el resultado, sino que el Consejo Europeo aceptaría a toda la isla como parte de la Unión Europea”.

Aunque no hay fechas ni propuestas en firme sobre la reunificación, encuestas publicadas por el Financial Times señalan que el 60 % de los que viven cerca de la frontera de Irlanda del Norte piden la reunificación por miedo a la creación de una frontera “dura” entre el resto de Irlanda y lo que pasaría a ser territorio no comunitario. Dentro y fuera de Irlanda temen que ese muro torpedee la frágil paz y estabilidad en la región, que ha conseguido dejar atrás 30 años de violencia.