Estambul - Al menos 1.120 personas fueron detenidas ayer en Turquía por presuntamente pertenecer a la red del clérigo islamista Fethullah Gülen, a quien el Gobierno acusa de organizar la intentona golpista del pasado julio, en lo que constituye la primera gran purga tras el triunfo de Recep Tayyip Erdogan en el reciente referéndum constitucional. Según una declaración de la Fiscalía de Ankara, esta masiva operación se extiende a las 81 provincias del país y pretende capturar a los “imanes secretos” de Gülen, miembros de la cofradía infiltrados en instituciones públicas y que operan al margen del Estado. Unos 8.500 policías y agentes de los servicios de inteligencia turcos (MIT) participaron en la operación de ayer, que podría alargarse hasta siete días, informó el rotativo Hürriyet. Según este medio, la Fiscalía de Ankara dispone de una lista de presuntos gülenistas en la que figuran unas 7.000 personas, la mayoría acusadas de actuar como “imanes” dentro del cuerpo de seguridad del Estado.

Tras las primeras detenciones, el ministro del Interior, Süleyman Soylu, declaró que las fuerzas de seguridad y el aparato judicial “han dado un paso importante para descubrir y destruir una estructura que infelizmente se infiltró en nuestra dirección de seguridad y trató de gobernar desde el exterior”. “Se trataba de una estructura llamada imán secreto que intentaba establecer una estructura de seguridad alternativa con su propia agenda y reivindicaciones sin tener en cuenta las reglas del Estado”, añadió Soylu, citado por la cadena CNNTürk.

La operación de ayer se concentró en la provincia de Estambul, con un despliegue de 2.000 agentes, que detuvieron a 580 sospechosos. La declaración de la Fiscalía de Ankara apunta que la mayoría de sospechosos son “miembros de la policía o de las fuerzas de seguridad”, sin embargo, en la provincia de Elazig, en Anatolia Oriental, había profesores y psicoterapeutas entre los detenidos.

dólares con códigos secretos En la provincia de Bilecik, en el noroeste del país, fueron también detenidas otras seis personas que no pertenecen al aparato de seguridad del Estado, informó el rotativo Hürriyet. Durante la operación, se incautaron presuntamente dólares con el código F o T, una presunta herramienta de comunicación entre los miembros de la cofradía, según investigaciones policiales.

El primer ministro, Binali Yildirim, anunció a principios de abril que los agentes llevarían a cabo nuevas acciones contra la red de Gülen. “La red (Gülen) no se ha resuelto todavía”, dijo Yildirim en una entrevista con la cadena CNNTürk y añadió que “las cosas tomarán un rumbo diferente. Los detalles serán claros en los próximos días”. El Gobierno turco acusa a Gülen de crear un “Estado paralelo” infiltrando a sus seguidores en cargos de la Administración, la judicatura, las Fuerzas Armadas y la Policía.

Gülen fue hasta 2013 un estrecho aliado del gubernamental islamista Partido de Justicia y Desarrollo (AKP), en el poder desde 2002. Divergencias de estrategia y luchas de poder terminaron de enemistar a los gülenistas y el AKP, convertidos ahora en enemigos irreconciliables. El AKP pidió la extradición de Gülen (autoexiliado en Pensilvania) y empezó a purgar la administración de presuntos miembros de la cofradía antes del fallido golpe de Estado, pero tras la asonada la persecución se ha intensificado.

Gülen siempre ha negado toda implicación en el golpe pero la policía de Erdogan ha detenido a más de 110.000 personas por gülenismo tras la asonada. Entre las más de 40.000 personas que esperan juicio entre rejas hay unos 10.000 policías, 7.000 soldados y 168 generales, así como 2.000 jueces y fiscales, informó el ministro de Interior turco Soylu a principios de este mes.