Bruselas - El primer ministro de Hungría, Viktor Orbán, volvió a defender ayer en el Parlamento Europeo su idea de la soberanía nacional frente a Bruselas el mismo día en que la Comisión Europea le abría un expediente por nuevos cambios legislativos que podrían conducir al cierre de la Universidad Centroeuropea.

Con su habitual estilo vehemente, Orbán se dirigió a una Eurocámara a la contra ante la que defendió no solo su ley de universidades, sino también su consulta pública Stop Brussels, con la que pide apoyo popular para violar la legislación europea especialmente en el capítulo de acogida de refugiados. Orbán explicó que lo único que pretende la legislación húngara es que las universidades con financiación extranjera tengan las mismas obligaciones y derechos que las húngaras. Hungría tendrá ahora un mes para dar explicaciones que convenzan al Ejecutivo comunitario, que considera que se podría estar en peligro de estigmatizar a la sociedad civil, en palabras del vicepresidente primero de la CE, Frans Timmermans.

Sobre la consulta Stop Brussels, Orbán defendió que desde hace años consultan a la ciudadanía y que, con respecto a la UE, el país “no está muy satisfecho con el funcionamiento y quiere corregir y reformar”, que es la mejor manera, señaló, “de recuperar la confianza de los ciudadanos en las instituciones europeas”. Desde la CE, sin embargo, calificaron ayer de “incorrectas” y “altamente engañosas” algunas de las referencias que contiene la consulta, sobre la que publicaron “aclaraciones” al respecto.

Como ejemplo de medidas que Hungría no está dispuesta a acatar desde Bruselas está la reubicación de refugiados, compromiso acordado por los Veintisiete que Orbán está incumpliendo para “preocupación” de la CE, reconoció el propio Timmermans. “No queremos reubicación de inmigrantes. Nos reservamos el derecho a decidir a quién acogemos y a quién no”, añadió. - Efe