Londres/Bruselas - La primera ministra británica, Theresa May, se reunió ayer en Londres con el presidente de la Comisión Europea (CE), Jean-Claude Juncker, y el negociador de la UE, Michel Barnier, para abordar las negociaciones sobre el Brexit. Según indicaron fuentes oficiales, May habló con Juncker y Barnier en el transcurso de una cena en la residencia oficial del 10 de Downing Street a partir de las 19.00 hora local (18.00 GMT), sin que los tres ofrecieran una rueda de prensa. Esta era la primera vez que la jefa del Gobierno conservador tenía una reunión cara a cara con Barnier, el encargado de negociar con Londres la salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE) durante los próximos dos años.

Este encuentro se producía días antes de la cumbre comunitaria del sábado en Bruselas en la que los líderes de la UE acordarán las bases de la negociación del Brexit.

En la cena de ayer se esperaba que May tratara con sus invitados sobre el proceso de negociaciones del Artículo 50 del Tratado de Lisboa, que regula la retirada de un país comunitario del bloque.

May activó ese artículo el pasado 29 de marzo, por lo que se espera que el Reino Unido esté fuera de la Unión en marzo de 2019. Juncker y Barnier llegaron a Londres días después de que la primera ministra anunciase la convocatoria de elecciones generales anticipadas para el 8 de junio, con el argumento de que busca un mandato fuerte para las negociaciones sobre el Brexit. Según fuentes comunitarias, esos comicios no modificarán los planes de Bruselas sobre el Brexit.

Las directivas negociadoras que los líderes deberán acordar el sábado deben estar preparadas para el 22 de mayo y se espera que la negociación concreta empiece después de las elecciones británicas.

De acuerdo con los medios, el Ejecutivo de la Unión Europea quiere que Londres se haga cargo de los costes vinculados a su salida de la UE, como la reubicación de las agencias comunitarias y otros organismos de la UE basados en Londres, como es el caso de la Agencia Europea del Medicamento.

Juncker llegaba a Londres después de que las diversas formaciones de izquierda del Parlamento Europeo (PE) mostraron ayer su “decepción” con las medidas de apoyo al Pilar Europeo de Derechos Sociales que presentó la Comisión Europea (CE), de las que solo salvaron el permiso parental de cuatro meses para madres y padres por cuidado de hijos.

El Ejecutivo comunitario presentó ayer esa propuesta de directiva de conciliación, así como un documento en el que se invita a los países a reflexionar sobre qué quieren para la política social en el futuro.

Socialistas, Izquierda Unitaria o Verdes lamentaron tanto que no se incluyeran medidas legislativas sobre asuntos como las condiciones del trabajo o la renta mínima, como que además se abra la puerta a avanzar a varias velocidades en la Unión Europea (UE) en el ámbito social.

En el caso de los socialistas europeos, se añade el hecho de que condicionaron su luz verde al presidente de la CE, Jean-Claude Juncker, al desarrollo de un verdadero pilar social. “Con esta propuesta, Juncker está rompiendo el compromiso que adquirió con los socialistas durante su investidura, en la que se comprometió con nuestro grupo a presentar un auténtico pilar social”, dijo Sergio Gutiérrez, eurodiputado socialista .

rentas mínimas Gutiérrez explicó que desde su grupo se confía en que en las “próximas semanas o meses” se enmiende la situación con nuevas medidas como una directiva de condiciones laborales justas, una directiva sobre rentas mínimas a escala comunitaria para dar un apoyo social suficiente a las personas que peor lo están pasando y un plan decidido contra la pobreza infantil.

Por su parte, el eurodiputado de ICV, Ernest Urtasun, lamentó que la propuesta de la Comisión muestre “una distancia demasiado grande entre la ambición que pusieron al comunicarla y la realidad de lo que han presentado”.

Urtasun criticó que el texto del Ejecutivo comunitario tenga “muy poca ambición en protección social y prácticamente nada en salarios y en condiciones de trabajo” y acusó a los comisarios de “ceder ante el Consejo antes de presentar la propuesta”.

“Esta propuesta destila un miedo a que el Consejo no la apruebe y ustedes se autolimitan antes de tener un debate”, señaló Urtasun, que instó a lanzar “una propuesta ambiciosa” y “dejar al Consejo la responsabilidad de tener que decir que no”.

El eurodiputado de UPyD Enrique Calvet (integrado en el grupo liberal de la Eurocámara) mostró su “alegría” por el hecho de que la Europa social sea “el pistoletazo de salida para construir más y mejor Europa”.

Calvet recalcó la importancia de “volver a generar una masa crítica que crea en el proyecto europeo como un proyecto que va a atender a los ciudadanos”, para lo cual “europeizar lo social es fundamental”.

Por su parte, desde el PP, la eurodiputada Rosa Estarás apeló a que la dimensión social europea esté al mismo nivel que la económica y advirtió que, con el futuro de la UE en juego, es necesario “fortalecer éticamente a la ciudadanía”. “No hay modelo de talla única, pero sí principios que unen a todos los Estados miembros”, sostuvo Estarás. - Efe