París - En sus 14 años entre rejas por actos violentos contra la policía, el autor del atentado que costó la vida a un agente este jueves en los Campos Elíseos de París no había dado ningún signo de radicalización que motivara su seguimiento, según revelaron ayer los investigadores. Karim Cheurfi, francés de 39 años, abatido tras el atentado, acumulaba un fichero de casos de violencia contra las fuerzas del orden que le llevaron en varias ocasiones a la cárcel, y que le mantuvieron bajo la lupa de los servicios de inteligencia. Pero en ningún momento se detectó contacto con grupos yihadistas, lo que hacía difícil suponer el atentado que cometió en la turística arteria comercial de la capital francesa, reivindicado después por el Estado Islámico (EI). Durante el tiroteo, el propio autor dejó caer de su bolsillo una nota manuscrita en la que defendía la causa de ese grupo terrorista contra el que tropas francesas combaten en una coalición internacional en Irak y Siria.
El fiscal de París, François Molins, cuya subdirección antiterrorista dirige las investigaciones, aseguró que Cheurfi no figuraba entre los individuos fichados por su radicalismo. En los 14 años que purgó en prisión por haber disparado en 2001 contra agentes del orden no tuvo contactos con grupos yihadistas.
Cheurfi, que desde octubre de 2014 estaba en libertad provisional, volvió a llamar la atención de las autoridades a finales del año pasado cuando dos testigos aseguraron que buscaba comprar armas para atentar contra policías.
En enero pasado fue arrestado por esos hechos y su domicilio fue registrado, sin que se encontrara ningún elemento que justificara mantenerlo detenido.
El análisis de sus llamadas telefónicas no permitió establecer tampoco vínculos con medios radicales, mientras que el de su material informático no puso de relieve que consultara páginas de contenido yihadista. Pese a todo ello, la fiscalía abrió una investigación preliminar a causa de sus antecedentes.
Tampoco justificó su regreso a prisión el hecho de que no informara a la justicia francesa de que entre el 15 de enero y el 15 de febrero pasado había viajado a Argelia, algo a lo que le obligaba su libertad condicional.
Cheurfi alegó entonces que lo hizo para casarse y el juez que seguía su caso admitió el argumento, según señaló el fiscal.
Entre las sombras que no aclaró el fiscal figura la de la extraña reivindicación del Estado Islámico, en la que identifica como autor del atentado a un individuo apodado el belga, lo que hace planear la duda de si había otro comando preparado para actuar. Más si se tiene en cuenta que los servicios de inteligencia franceses habían sido advertidos por sus homólogos belgas de la entrada en el país de un individuo sospechoso. Molins no entró en esos aspectos de la investigación del atentado.
dos disparos en la cabeza El fiscal aseguró que el agente, de 37 años, fue asesinado de dos disparos en la cabeza cuando se encontraba en un furgón policial aparcado frente a la Oficina de Turismo de Turquía en Francia, donde estaba prevista una manifestación. Cheurfi disparó otras tres veces al cristal trasero del vehículo, antes de tratar de huir y tirar contra los agentes apostados frente a la Oficina de Turismo.
Uno de ellos fue herido de gravedad, aunque su vida no corre peligro, al igual que la de otro, herido leve, y la de una turista alemana, que recibió una bala de rebote en un pie.
En el coche del autor del atentado se encontró un ejemplar del Corán, así como la dirección de algunos centros policiales, un fusil, munición, dos cuchillos y un secador.
En el registro de su domicilio, en el norte de París, hallaron su teléfono. Tres familiares de Cheurfi están arrestados para ser interrogados dentro del protocolo habitual en los atentados.
más seguridad Por su parte, el primer ministro de Francia, Bernard Cazeneuve, anunció ayer un refuerzo de la seguridad ante la primera vuelta de las elecciones presidenciales del próximo domingo, después del atentado de anoche en París que causó la muerte de un policía.
En una declaración al término del Consejo de Defensa presidido por el jefe del Estado, François Hollande, Cazeneuve explicó que habrá “unidades especializadas de intervención para garantizar una capacidad de respuesta total”, y recordó que 50.000 policías, gendarmes y militares se desplegarán el domingo para que los comicios se desarrollen con normalidad.